Neyssa Calvo Achoy
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Empezaron con la ilusión de unos colegiales que deseaban convertirse en roqueros. Quince años después sueñan y siguen viviendo por la música con su popular banda: Garbanzos.

Desde un principio se hicieron respetar porque lograron imponer su sello con piezas muy originales en un mercado preso del género grunge.

Su estocada en el ambiente musical fue incluir los instrumentos de viento.

Para algunos, esta agrupación influyó en el desarrollo del rock nacional. Alfredo “Chino” Moreno, director de programación de la cadena C.R.C, señaló que sin duda alguna se salieron del esquema.

“Todos los respetan porque han sabido mantenerse juntos y produciendo material 100 por ciento original. Son un ejemplo a seguir”, agregó.

Hoy siguen poniendo sabor a sus canciones con la batería de Arturo Díaz, el trombón de Alfredo Chavarría, la trompeta de Luis Paulino Fallas, la guitarra de Jonathan Herrera como guitarrista, el bajo de Leo Marenco y por último la voz de Paulo Parra.

Herrera, el más viejo de la banda, y recuerda con orgullo cómo trabajaron para alcanzar su sueño.

“Si teníamos una presentación íbamos en bus con todos los instrumentos que además compramos con nuestro dinero”, señaló el guitarrista.

Díaz ya tiene ocho años de estar con Garbanzos y sostiene que siempre le encantó lo que tocaban.

“Es muy tuanis porque los jóvenes siguen nuestras canciones y siento que el grupo pasa por uno de sus mejores momentos”, añadió.

Con los años, asegura Díaz, se han vuelto más disciplinados, dedicados y exigentes con su música.

Su primer “bebé” fue un “demo” bautizado con el nombre de la banda y se editaron poco más de 100 copias, en 1995.

Después nacieron tres discos más con temas como: “El panteón”, “De vuelta” y “Torera”, que se ha convertido en un ritual en los conciertos, comentó su representante Gabriel Rojas.

Agrega que este año los quinceañeros tienen grandes sorpresas para los ticos.

Como plato fuerte tienen la gira de conciertos “Maratón Garbanzos”, que se inició el 28 de marzo en El Observatorio, en el barrio La California.

“El espectáculo es totalmente distinto a lo que estamos acostumbrados a ofrecer. La gente es quien escoge las canciones que interpretarán los músicos en el concierto”, señaló Rojas.

La dinámica consiste en que el público deposite en una gran tómbola lo que quieren escuchar y se van complaciendo una a una, comentó Paulo Parra, vocalista.

Mencionó que la banda prepara el lanzamiento de su quinto disco, una recopilación de los mejores éxitos e incluso con aquellos que nunca antes fueron grabados. Entre ellos “Con una copita” que en un par de semanas se escuchará en las emisoras con un nuevo matiz. Es decir, con algo del sabor de la cumbia y rockabilly.

Con ello antojarán a su público para que pidan más, dijo Gabriel.

Mientras sale su nuevo álbum le pondrán salsa a los conciertos con sus grandes clásicos, entre ellos: “Cartas al viento”, “Voy a buscarte”, “Bajo hechizo”, “Noche de fabulación”, “La locura” y “Cama ortopédica”.

La banda desea demostrarle a la gente como Garbanzos sigue creciendo. Parra asegura que arrancaron el año con fuerza para dejar claro que pese a los años la esencia del grupo está viva.

A su favor

Bernal Villegas.

Giovanni Durán, El Guato.

“Son mis hermanos musicales porque crecimos con ellos. Son uno de los pioneros en el ska y el rock nacional”.

Bernal Villegas , músico.

Mucha gente los sigue y creo que es porque han logrado consolidar una mezcla de géneros con el rock y la música latina”.

“Pato” Barraza, músico.

Han hecho una carrera envidiable porque se mantienen juntos y han creado un precedente por su estilo que es muy propio”.

Su huella

Nació en 1994 como una banda de punk y hardcore. Era un cuarteto de rock.

Graban “La doctrina secreta”, en el 2001. Luego firman con el sello mexicano Pepe Lobo Records para distribuir en México y España.

Tocaron con grandes como Los Fabulosos Cadillacs , en el 2000. Con otros como La Maldita Vecindad y Rabanes.