Alejandro Arley Vargas
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Sucios, hurgan en la basura, toman agua en los caños y en los charcos, se lamen las heridas o esquivan vehículos en la carretera para no ser atropellados.

Así viven cerca de 350 mil perros que deambulan todos los días por las calles de nuestro país, según estimaciones de la Asociación Nacional Protectora de Animales (ANPA) y el Servicio Nacional de Salud Animal (Senasa).

Esta semana decidí prestar más atención a los animalitos de la calle. Aunque siempre noto su presencia, nunca me había detenido a pensar en cuánto peligro corren y cuánto sufren.

Durante el recorrido diario entre mi casa en Cartago y mi trabajo en Tibás, veo a muchos de la peor forma: atropellados en la autopista Florencio del Castillo.

El viernes pasado hice un recorrido por San José y Heredia. El panorama también es triste.

Perros flacos, con enfermedades de la piel, heridas y protuberancias que podrían ser tumores, nos salen al paso en La Uruca, Pavas, “la Coca-Cola”, San Rafael y San Pablo de Heredia.

Barrios pobres, mercados, parques, cantinas y hospitales, son algunos de los puntos donde se pueden ver en abundancia.

“Aquí hemos contado hasta 25 perros”, dice Mario Blanco, policía municipal que vigila en la parada de la Coca-Cola.

Dueños culpables

Detrás de un perro enfermo y callejero, casi siempre hay un dueño irresponsable.

Eso fue lo que aprendí tras conversar con Gisela Vico, presidenta de ANPA y Yayo Vicente, director del Senasa.

Muchos se dicen ser dueños de un animal porque le tiran algo de comida y le ponen un nombre, pero no lo bañan, no lo curan, no juegan con él y no están pendientes de lo que hace.

“El perro callejero es un mito. Prácticamente todos tienen dueño, pero los dejan sueltos. Un perro no sobreviviría sin alguien que le dé alimento o un lugar para dormir”, cuenta Vico quien dirige ANPA desde 1998.

“Los perros no pueden vivir sin la asistencia humana. Sus dueños deben entender que no está bien que anden sueltos, mucho menos si no están castrados”, afirma Vicente.

Castrar es la solución

Una perra puede parir hasta 12 crías en un solo parto. Si las hembras sobreviven, cada una tendrá capacidad de reproducirse. Así, la multiplicación de perros callejeros es un ciclo que no se rompe.

“Castrar a un perro evita que se reproduzca y además reduce el riesgo de enfermedades como el cáncer canino. A los machos les reduce la agresividad y el deseo de vagar por las calles”, explica enfática la experta.

Los dueños irresponsables no sólo los descuidan; los abandonan afuera de los albergues o los llevan a perder lejos de su casa.

Lilia Schog, la encargada del refugio de la Asociación para la Protección Animal de Costa Rica, en San Rafael de Heredia, asegura que esa no es la solución.

“Los perros deben estar en una casa, pertenecer a alguien, no vivir en albergues, ni estar a su suerte en la calle”, recalca.

Colaboró: Silvia Alfaro Mata

Vida de perros

El riesgo de ser atropellados es alto en los perros de la calle. Este estaba en San Pablo de Heredia. Alejandro Arley.

Aunque muchos están en frente de casas, sus propietarios no se preocupan por asearlos. Rafael Pacheco.

Las enfermedades de la piel son comunes. Este en Pavas, tiene un problema en la pata trasera. Rafael Pacheco.

Lilian Schog, holandesa radicada en el país, administra un refugio en Heredia. Alejandro Arley.

Datos caninos

Se estima que en el país hay un millón de perros. Según una encuesta de la Sociedad Mundial para la Protección Animal (WSPA por sus siglas en inglés), el 35 por ciento de los dueños permiten que anden sueltos por las calles.

Los expertos recomiendan que los animales deben hacer ejercicio durante el día para evitar el estrés y las enfermedades. Para los cachorros, paseos cortos y frecuentes; para los adultos, uno o dos paseos al día.

Los perros no tienen que salir a la calle sin supervisión. Deben ser llevados con correa o cadena para evitar accidentes.

Perros y gatos necesitan una adecuada y constante atención médica. En caso de accidente o enfermedad hay que llevarlos al veterinario.

La comida casera no es suficiente para una buena alimentación. Se debe complementar con un alimento especial.

No se recomienda tener perros amarrados ni encerrados todo el tiempo.