La costumbre de llevar flores al cementerio en el Día de los Santos Difuntos, el 2 de noviembre, se ha perdido entre los ticos.
Así lo confirman los floristas que tienen sus chinamos en el centro de San José.
Marineth Alpízar, empleada de la Floristería Doña Grace y Marielos Calderón, dueña del Tramo Santa Fe, coinciden en que la prohibición de tener floreros llenos de agua en los cementerios enfrió las ventas para este día.
El Ministerio de Salud emitió esta orden desde el 2006, con el fin de evitar criaderos del dengue.
Por eso, Alpízar considera que la gente prefiere llevar flores plásticas. Según explicó, los arreglos florales tienen precios más elevados y la gente teme que los roben.
“Pues sí se vende porque la gente llena con arena los floreros. Pero son pocos los que guardan esa tradición; es más que todo la gente de mayor edad”, comentó Calderón.
En cambio, Francisco Umaña, dueño de la Floristería La Central, asume que la baja en las ventas se debe a que hay mucha competencia y a que la gente prefiere comprar las flores en las afueras de los cementerios.
Cecilia Gutiérrez ayer compraba flores en el Mercado Central para homenajear a tres de sus familiares, pues ahí encontró los mejores precios. También llevaba unos oasis para evitar que se marchiten.
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