28 personas han muerto este año, más de 2 mil licencias suspendidas

El licor toma las calles

Cada fin de semana, oficiales detienen 80 carros a choferes ebrios

Unos pierden el glamour... o el trabajo. Otros resultan heridos, pierden capacidades o partes de su cuerpo y hasta la vida.

Los primeros pagaron ese precio, pues se pasaron de tragos. Los segundos se toparon con conductores ebrios.

Esta mezcla sigue siendo la principal causa de accidentes en carretera. En lo que va del año, en 28 hogares aún se sigue llorando a un ser querido. Del 2000 a la fecha, 353 personas murieron en accidentes causados por el licor.

El pasado 26 de mayo, la modelo Guiselle López fue noticia cuando se le retuvo el carro que manejaba, y le hicieron un parte por resistirse a hacerse la alcoholemia. Y, el viernes anterior, el empresario Calixto Chaves, exdiputado y exministro, fue sorprendido mientras conducía en estado de ebriedad y sin licencia.

Nadie se salva: ni figuras públicas ni el hombre de la calle.

El sábado anterior, un chofer ebrio, de apellido Solano, mató a Steven Aguilar, de 21 años, cuando se dirigía a la romería. Al conductor se le investiga por homicidio culposo. (Ver nota aparte).

La noche del 2 de agosto, cinco jóvenes terminaron heridos, cuando el carro en que viajaban perdió el control, en las Delicias de Aguas Zarcas, San Carlos.

El conductor, de 25 años, de apellido Díaz, tenía 1,66 grados de alcohol en la sangre, cuando el máximo permitido es 0,49.

Cada fin de semana, los oficiales de tránsito detienen 80 vehículos que, en su mayoría, son conducidos por jóvenes de entre 18 y 24 años, que pasaron un buen rato en lugares de moda.

Según el director de Tránsito, Juan Manuel Delgado, "es común ver hombres y mujeres de todas las edades haciéndose la alcoholemia, a diferentes horas y todos los días de la semana".

"No hay ninguna complacencia. No se le tuvo consideración por ser figura pública a la modelo Guiselle López o a don Calixto Chaves. Aquí la ley se aplica pareja", agregó el director.

"Ya me han quitado la licencia"

Julio recuerda como si fuera ayer cuando, a los 14 años, bebió su primer trago, junto a un primo mayor de edad. Hoy tiene 24 y es consciente de que esa "experiencia única" marcó su vida para siempre.

"Desde que tengo 14 años tomo guaro, pero ya mi cuerpo no aguanta como antes", dijo Julio.

Cada día, él se toma "mínimo siete cervezas". Antes solía tomarse 18, "como si fueran vasos de agua".

"Generalmente voy al mismo bar solo". Sus amigos, cuyo número se ha reducido, "no pueden ni quieren ir o no les cabe en la cabeza que alguien tome todos los días", indicó.

Julio está consciente de que el licor cambió su vida. Estuvo en dos accidentes graves y en consecuencia le han suspendido la licencia en dos ocasiones hasta por un año. Su carrera de publicidad la ha hecho en capítulos.

"Estoy frustrado y enojado conmigo mismo porque ya debería haber terminado y nada. He despilfarrado mi dinero en bares y casinos. El guaro no deja nada".

"Me lo quitó un borracho"

"A ese señor, solo le puedo decir que consiga una aguja bien grande con un hilo bien fuerte para que me cosa el corazón, porque me lo dejó quebrado".

Así habla doña Zelmira Montero, madre de Steven Aguilar, a quien un conductor ebrio mató el sábado, camino a la romería, frente a Migración.

"Cualquiera que tenga sentimientos, hace eso y busca cómo ayudar, cómo pedir perdón. Yo esperé que viniera, pero no da la cara".

"Era mi hijo mayor, trabajador, sin vicios, un gran amigo, un gran papá que iba a pedir por su bebé. No entiendo cómo pudo quitármelo un borracho".

Ella contemplaba ayer una imagen de la Virgen que su hijo le llevó el año pasado cuando caminó solo hasta Cartago para pedirle que Krystel Paola naciera bien. La gordita hoy tiene 4 meses, pero ya no tiene papá. Su compañera, quien cumplió 17 años el día de su entierro, "dando de mamar, está llorando".

Sus tres hermanos aún le hablan por las noches y sus papás, el biológico y el de crianza, lo mudaron por última vez y lo lloraron juntos. Steven cumplió 21 años hace una semana. El último día de su novenario, cumplirá su mamá. "Ese día se convertirá en ángel, ese es su regalo". Sus amigos le llevaron un mariachi, como él se los pidió. En lo que no podrá complacerlo nadie en Zarcero será en dejar de llorarlo...

"Se partió el cráneo en tres partes"

Todas las tardes iba a recoger a sus hermanitas a la escuela y por las noches asistía a clases en el colegio nocturno.

Ayudaba a su mamá atendiendo las tareas del hogar y en sus ratos libres compartía con sus amigos.

Así era la vida de Giancarlo Bejarano antes de que sufriera un accidente automovilístico el 26 de octubre pasado en Desamparados, que lo dejó inválido, casi sin habla y con parálisis cerebral. En el percance murieron sus cuatro amigos y este joven de 17 años fue el único que logró salvarse.

"Tuvo múltiples quebraduras, el cráneo se lo partió en tres y las costillas también", aseguró Maritza Mora, madre de Giancarlo.

El individuo que ocasionó el accidente venía conduciendo en estado de ebriedad

Los familiares de Giancarlo presentaron una denuncia en la Acaldía de Desamparados para que se tomaran cartas en el asunto. Sin embargo, el presunto homicida estuvo solo 10 días en la cárcel porque no habían suficientes pruebas para detenerlo.

Su caso es grave. Necesita hacerse un examen en la Medicatura Forense para que se haga constar que su estado actual se debe al choque. "Quiero que se haga justicia y que no permitan que alguien así ande en la calle robando la felicidad y tranquilidad de otras familias".