Portada Nacionales Sucesos Ovación Farándula Vivir Hoy Internacionales VIP Foro Galería Escríbanos Pura Vida | ||||
|
Hasta Ojo de Agua estuvo a media máquina Se les pegaron las cobijas El sueño pudo más y pocos niños salieron a estrenar sus juguetes al aire libre Mercedes AGÜERO ROJASmaguero@aldia.co.cr Parece que la Nochebuena le hizo honor a su nombre y los josefinos amanecieron con tal sueño que ayer por la mañana prefirieron quedarse en casa. El cansancio contagió también a manudos y belenitas porque ni Ojo de Agua, que suele ser muy concurrido los 25 de diciembre, estuvo tan lleno como otras veces. A ello contribuyó la vuelta ciclística que pasó justo al frente del balneario e impidió a muchos llegar hasta allí, por las restricciones que aplicó el tránsito.
Los representantes de la administración esperaban que después del mediodía aumentara la asistencia de público. Sin embargo, quienes sí llegaron a disfrutaron a lo grande fueron los pequeños, quienes estrenaron sus flotadores y pusieron a nadar sus muñecas nuevas. Un poco más de ambiente se vio en el parque metropolitano La Sabana y en el parque de La Paz. Allí familias enteras reposaban bajo los árboles. En La Sabana, mientras los niños pedaleaban en sus bicicletas nuevas, corrían tras la bola o intentaban ganar equilibrio sobre sus patines, los grandes con caras de sueño contaban chistes y preparaban la parrilla. Para la familia Ballestero Mora, de San Antonio de Coronado, ir a La Sabana el día de Navidad, es una tradición que ya cumplió cinco años. Para otros, como Jacqueline Granados, quien llegó desde La Carpio acompañada de diez personas, entre familiares y amigos, fue una experiencia nueva que valió la pena. "Es un lindo día para estar en familia y compartir con amigos fuera de la casa". A la par Joselyn Sugey Martínez, de 10 años, no se separó ni un minuto de la barbie que le trajo el "Niño". En el parque de la Paz, corría viento ideal para quienes disfrutan volar papalotes o deslizarse sobre cartones. Daysi Duarte llegó hasta ahí con su dos hijos, David y Luis Alberto Calderón, para volar sus papalotes nuevos. Mientras que los hermanos Eymi, Marta y William Calvo, vecinos de Río Azul, cambiaron sus juguetes por un cartón para deslizarse desde una loma. Los que no se cambiaron por nadie ayer fueron los más de 300 niños de Cahuita que tuvieron una hermosa fiesta de Navidad. Por otro lado, en las carreteras josefinas, el movimiento fue mínimo. Solo unos cuantos carros cargados con maletas y bicicletas se enrumbaban hacia las playas. Se espera que ese movimiento empiece a aumentar desde hoy y hasta el próximo sábado.
|
|
Portada
Nacionales
Sucesos
Ovación
Farándula
Vivir Hoy
Internacionales
VIP
Servicios Foro Galería Escríbanos Pura Vida |
© 2005. Periódico Al Día. El contenido de aldia.co.cr no puede ser reproducido, transmitido ni distribuido total o parcialmente sin la autorización previa y por escrito del Periódico Al Día. Si usted necesita mayor información o brindar recomendaciones, escriba a webmaster@aldia.co.cr |