Empezaría a funcionar en Coronado en enero

Se alejan de la droga y se aproximan a sus hijos

Exadictas podrán vivir con sus pequeños en nuevo albergue

San Isidro de Heredia. - Durante sus dos embarazos María fue adicta al crack y anduvo por la zona roja de San José.

Cuando su primer hijo tenía cuatro años, lo dejó sin bañar durante varios días y hasta lo veía jugar con el tubo con el cual ella consumía droga. El niño, inocente, hasta se lo ponía en la boca y a ella no le importaba.

Ahora, María ya tiene más de dos meses de no consumir droga, y logró que su otro hijo, de 9 meses, viva con ella en el Hogar Crea para mujeres, en Heredia.

Otro rumbo

Dentro de poco, María se irá a vivir a Coronado, donde estará el segundo hogar que atenderá a doce mujeres, cada una con su hijo.

"Es una suerte que abran este hogar, espero seguir con el tratamiento. He aprendido a controlar mi temperamento, antes era muy agresiva", dijo María.

Esta nueva oportunidad para atender mujeres adictas a las drogas nació de una alianza entre Hogares Crea y la Asociación Centro Pastoral de Rescate de Adictos a las Drogas (ACEPRAD), que trabaja en la parroquia de Ipís de Guadalupe.

Sin embargo, por tratarse de un proyecto que apenas da sus primeros pasos, necesitan ayuda para las mamás y los bebés que recibirán. El alberque abriría dentro de unos diez días, pues aún deben terminar algunas obras.

La coordinadora de la proveeduría de ACEPRAD, Margarita García, señaló que necesitan desde cepillos para el cabello hasta ropa para los bebés. Las mujeres vivirán en dos casas amplias cuya remodelación costó unos ¢10 millones. Allí recibirán apoyo de terapeutas, médicos y psicólogos.

Si quiere ayuda al nuevo hogar para mujeres puede llamar al 355-8153, y si quiere ayudar al Hogar Crea para mujeres llame al 268-6609 o al 524-0164.

Volver a empezar como mamá

Laura estaba acostumbrada a pagarle a su vecina para que le cuidara al bebé mientras ella se iba de fiesta durante días... a consumir drogas.

Empezó tomando licor para sentirse alegre. Después fumaba marihuana para relajarse, y llegó a consumir cocaína y crack. A pesar de las malas experiencias, cuando quedó embarazada de su segundo hijo seguía consumiendo licor.

"Me desaparecía dos o tres días. Cuando me quitaron a mi bebé él tenía nueve meses. Ahí me metí más en la droga. Me cortaba los brazos, al verme sola no quería vivir", recordó.

Pero un día de tantos se cansó de la vida que estaba llevando y decidió ir al PANI a buscar a su hijo, pero no lo pudo ver.

Ahí empezó la lucha de esta mamá por recuperar a su niño.

Tomó la decisión de empacar sus cosas y venirse de Limón a San José, a internarse en un centro de ayuda para mujeres.

En el lugar la ayudaron a superar los problemas, y desde hace varios días tiene a sus dos hijos viviendo con ella. El más grande todavía no se acostumbra a decirle "mamá", pero cuando la ve llegar, sale corriendo y se le tira encima a darle un abrazo.