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 Nacionales Lunes 26 de diciembre, 2005, San José, Costa Rica.
 

Cruz Roja se puso flor en el ojal

El Niñito llegó a Talamanca

Unos 400 niños de Limón disfrutaron este jueves en una gran fiesta

Sylvia Alvarado Marenco
Colaboró
Carlos Rodríguez

Bribri, Talamanca. - Domaron la montaña a pie, en bus y hasta en bote para llegar a la sede de la Cruz Roja en Bribri, donde los esperaban uvas, globos, manzanas, confites, el infaltable arroz con pollo y la ilusión escondida en un papel de regalo.

Gran corazón

Gamaliel Zamora, de la Cruz Roja de Bribri, organiza las fiestas desde hace 5 años. Hoy, otros cruzrojistas y empresas privadas le ayudan.

A los indígenas de Sepeque, Suretka, Amubri, Orochico, Mojoncito y otras zonas de Talamanca, les llegó Santa Claus el jueves en la mañana. Muchos niños de otras áreas de Limón lo vieron por la tarde, pues la Cruz Roja organizó dos fiestas.

Además:

  • El primer regalo de sus vidas
  • Don Cástulo Reyes y sus tres hijos disfrutaron mucho en la primera; cosa muy merecida si se toma en cuenta que caminaron desde el día anterior para llegar desde Alta Talamanca.

    Y es que por más que corrieron, no lograron alcanzar el único bus que los llevaría hasta Chiroles y de allí a Bribri.

    Las caritas de los pequeños lo decían todo. Ni locos se perderían la fiesta de Navidad, así que no lo pensaron dos veces para ponerse a caminar. Lo hicieron durante 6 horas y media hasta llegar a Chiroles, sin siquiera una parada para comer algo "porque no hay plata para eso", dijo don Cástulo.

    Mientras "lo que pasó, pasó..." sonaba a todo volumen los hermanos Stephanie y Armando Fernández, de 16 y 15 años, le decían, en bribri, a decenas de niños, incluidos los hijos de don Cástulo, que podían jugar, bailar y comer todo lo que les dieran.

    Stephanie no estudia porque lo que ganan sus padres sembrando plátano y banano no alcanza pero eso no es impedimento para que lidere el grupo de chiquillos que viajaron, hasta un día, para llegar al festejo. "El viaje es muy largo pero vale la pena", dijo ella.

    Basta ver la sonrisa de Gamaliel Zamora, administrador de la Cruz Roja de Bribri y "culpable" de esta iniciativa, para darse cuenta lo mucho que significa esta tradición.

    "Algunos caminan muchas horas para estar aquí y vienen sin comer desde zonas aún destruidas por las inundaciones. Ellos van felices para arriba con sus uvitas y regalitos", dice.

    Foto: 1150176
    Freslani White, de 7 años y falda rosada, se robó el show bailando reggaetón.
    Fotos Rafael Pacheco

    El primer regalo de sus vidas

    Don Cástulo Reyes y cinco de sus nueve hijos sonrieron como locos en la fiesta. Fara, de 10 años, no pudo llegar porque la caminada de más de seis horas la puso enfermita y la desvió, con su mamá, hacia el EBAIS de Suretka.

    Pero en la Cruz Roja de Bri bri estaba él, con sus 43 años y decenas de madrugadas en el campo cuidando la siembra de frijoles encima, atendiendo a los otros cuatro hijos.

    Los mayores, Bienvenido y Odir, caminan a diario más de seis horas, cruzan el río en invierno y en verano, para trabajar como voluntarios en la Cruz Roja.

    El orgullo por lo que hacen fue la razón principal para llegar a la celebración.

    "Vinimos para que los pequeños conozcan donde trabajan sus hermanos y les den apoyo y no para buscar regalos, aunque sí les dan, sería bueno porque será el primer regalo de su vida", dijo.

    Foto: 1150175
    Don Cástulo y los hijos.

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