4 meses para curar heridas

"Regresa pronto Santitos"

Solidaridad hizo posible traslado de niño a los EE. UU.

Tras abrirse la puerta del ascensor en el Hospital Nacional de Niños (HNN) ayer, a las 12:35 p.m., para dar paso a la camilla don dormía Santos Bonilla, un escalofrío cargado de dolor invadió el pasillo, por donde un equipo de profesionales transportaba al pequeño con tanto cuidado como si se tratara de un pétalo de rosa.

Una hora antes, el Dr. Carlos Siri, jefe de la Unidad de Quemados, ingresó a Cuidados Intensivos, junto al equipo de profesionales que atenderían a Santos en el avión ambulancia.

En silencio y haciendo un esfuerzo para contener el llanto, junto a ellos, cargando una maleta con la ropa que le regalaron, don Santos Bonilla, padre del menor, caminaba mientras observaba a su hijo, cubierto de pies a cabeza con una gasa blanca, que solo dejaba ver parte de un ojito.

Todos abordarían la unidad de Paramédicos de la Cruz Roja, la que escoltarían cinco motorizados hasta el Aeropuerto Juan Santamaría. Ahí padre e hijo tomarían el avión que los llevaría al centro especializado en Galvestone, Texas, en los Estados Unidos.

El Dr. Siri, se mostró esperanzado con el tratamiento que tendrá Santos. Además, agradeció la ayuda económica que recibió el hospital, lo que permitió cancelar el costo del transporte.

Evitar que el niño se moviera mucho, obligó a una velocidad prudencial. A la 1 p.m., la ambulancia ingresó a Base 1.

El estado delicado de Santos y el equipo que llevaba, motivó que 20 manos solidarias se unieran para pasar al pequeño de la camilla a una cama, para luego colocarlo en el hospital volador.

El reloj marcaba la 1:15 p.m., cuando el avión alzó vuelo. Una vez más el dolor y la esperanza se unieron para pedir que pronto Santitos regrese a su casa.

Triste encuentro con su hijo

Muy adolorida por las serias quemaduras en sus piernas y con el corazón destrozado tras ver el estado de salud de su querido Santitos y su pequeña Blanquita, ayer, a las 9:45 a.m., Lesbia Aragón regresó a la casa de su hermana en La Argentina de Grecia, tras llevar a curar a Charlie, el más pequeño de sus tres hijos.

"No había visto a mi chiquito, que malito que está y ahora se lo llevan. La niña ni se movió cuanto la llamé", insistía una y otra vez sin dejar de llorar. Doña Lesbia deberá cuidar ahora no solo a sus hijos, sino también velar por su hermana Andrea que se encuentra muy delicada en el Hospital San Juan de Dios y los hijos de ésta. Todos son víctimas del fuego que la noche del 28 de junio quemó sus cuerpos y arrasó con el esfuerzo de años. Ayúdelos llamando al tel.: 365-8747.