Luto inundó cementerios

Familias llenas de dolor

"Dios siempre tiene una razón"

Paraíso. - Con esta frase y la solidaridad de sus parientes y amigos, la familia del adolescente Juan Carlos Suárez, víctima mortal del incendio en el Calderón Guardia, trata de hacer frente a su partida.

Juan Carlos era un joven alegre, tenía 14 años y era el tercero de seis hermanos. Llegó hasta al Calderón a causa de una caída de una bicicleta, el domingo en la tarde. "Él estaba bien. Cuando iba en la ambulancia, decía que se sentía bien. Lo mandaron al Calderón, pues el TAC de Cartago está malo y tenían que hacerle ese examen; pero, al día siguiente, le darían la salida", comentó su tío Alberto Sánchez. "Él murió luchando contra el fuego, debajo de su cama", añadió.

Estaba amarrado

Tirrases. - José Gutiérrez, de 45 años, no pudo escapar del fuego porque estaba amarrado a la cama, según sus familiares, porque en el hospital les dijeron que no podía levantarse y él insistía en hacerlo.

Gutiérrez fue atropellado, el 4 de julio pasado, por un tráiler por la antigua Galera, en Curridabat, pero comenzó a recuperarse. "Él deseaba caminar, pero era peligroso", comentó Karen Gutiérrez, hija de José.

Queremos llevarlo a Nicaragua, pero no hay dinero. Si quieren ayudarnos pueden llamar al 276-4051, con Doris Rodríguez. Es muy importante para su familia, informó la hija.

Amante de la charrería

Aserrí. - Asdrúbal Vindas Chinchilla estaba preparando una gran fiesta de cumpleaños. Anteayer iba a cumplir 53 años y los iba a celebrar por todo lo grande: mariachi, chicharrones, caballos y, sobre todo, el inmenso cariño de toda su familia.

José Asdrúbal solo esperaba la salida del hospital para irse a celebrar a Guácimo de Limón, a lo grande. Ayer lo despidieron en el cementerio de Aserrí, tal como iba a ser su fiesta de cumpleaños: con mariachis, caballos y mucho cariño.

"Comerciante, criador de caballos y padre de cuatro hijos, en los últimos años estaba dedicado al cultivo de la papaya. Era un gran trabajador y un excelente padre", dijo su hijo, José Vindas.

Se fue un entrenador

Aunque se ganó la vida como albañil, su gran pasión fue el fútbol y, concretamente, el desempeñarse como entrenador de equipos aficionados.

Ése fue el legado que dejó Anabelio Agüero Chavarría. Murió a los 49 años y dejó una viuda y cuatro huérfanos, tres de ellos mayores de edad. La víctima, el segundo de los seis hijos que tuvieron Valentín Agüero y Ramona Chavarría, fue internado el domingo 3 de julio en el Calderón Guardia, tras caer desde seis metros de altura. Él estaba subido en un árbol de mango. Al caer, se fracturó dos vértebras, lesión de la cual había sido operado y ya había mejorado notablemente.