Pido la palabra
Nuestras miserias Roxana Zúñiga Quesada
¡Qué antesala de día 13 hemos vivido esta semana! El martes 12 de julio, el asombro nos tomó el habla.
Tengo marcadas las imágenes de esa fatídica madrugada (así como recuerdo el horrible momento cuando también dejamos morir a 17 abuelitos de un asilo en Tilarán).
Los enfermos tirándose por las ventanas para salvarse debe ser un nefasto símbolo de que la seguridad social está en el abismo. El proceso se inició hace años, cuando comenzaron a desmantelar, económica y moralmente, la Caja Costarricense de Seguro Social.
La gente haciendo con las sábanas una improvisada escalera de tela para lanzarse de un cuarto piso debe ser una estampa de que esa institución agoniza, pues no hemos sabido protegerla de las voraces ambiciones de algunos.
Las personas gritando por alguien que las sacara del corazón del infierno, debe ser un recordatorio permanente de que nuestra seguridad social, conquista innegable de los años 40 del siglo pasado, debe tener en nosotros a los soldados que la defiendan de quienes desean acabar con ella.
Las tres enfermeras-heroínas, que ofrendaron sus vidas por rescatar pacientes, deben ser nuestro estandarte en esta batalla contra los que procuran enriquecerse a costa del bienestar colectivo.
¡QUÉ DICHA que alguien lo dijo!: "Solo cuando una casa arde, se ve toda la miseria que había dentro", M.J. Lombardo.
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