Damnificados tratan de levantarse aunque sea con las uñas

Portalón vive aún en pesadilla

Familias sin casa, gente buscando trabajo, comerciantes en quiebra, niños sin clases...

Portalón, Quepos. - Un arrebato violento de la naturaleza los despojó de sus pertenencias, hace mes y medio, dejando a la mayoría de sus habitantes en la calle.

Algunos han tomado fuerzas, incluso ajenas, para regresar y confirmar que se quedaron sin casa, sin muebles, sin ropa... Es una pesadilla que los llena de dolor y desesperanza.

Otros tienen miedo de ver el desastre causado por las inundaciones y se conforman con lo que les cuentan, aunque sea a medias.

Cientos de afectados de Portalón apenas comienzan a levantarse de nuevo, aunque sea con las uñas, constataron antier periodistas de Al Día.

La ayuda del Gobierno aún no llega con contundencia. La semana pasada, el IMAS repartió ¢150 mil y ¢200 mil a algunas familias.

"Tenemos que hacerlo solos", dice Wálter Núñez quien perdió su vivienda y no recibió ayuda.

Él y otros damnificados también perdieron sus trabajos.

"Trabajaba en una finca y no pude ir durante varios días, mientras buscaba un techo para mi familia. Cuando llegué había otro en mi lugar. Ahora, nadie me da trabajo", afirma Núñez.

Yoxánder Ávila también está desempleado. Su jefe le dijo que no podía darle más trabajo porque se quedó sin fondos.

La destrucción del puente sobre el río Portalón ha traído pérdidas a los comerciantes de pueblos aledaños, porque cayó el turismo y la a gente no puede pasar.

"Vendía ¢600 mil por semana y ahora ¢200 mil. Ya casi nadie viene. Necesitamos que arreglen el puente", afirma Jorge Chavarría, dueño del bar Leche Agria.

Cecilia Delgado perdió la mercadería del supermercado, hace ocho días lo reabrió. "Pedí crédito para salir adelante".

Los estudiantes pierden clases cuando crece el río Savegre.

"Lloramos de noche, es mucho dolor..."

José Pascual Núñez perdió las manos al recibir una descarga eléctrica mientras trabajaba en una finca en Portalón, y hace más de un mes, la furia del río arrastró su casa.

Él y su esposa Ana María Valverde están alojados, con siete familias más, en un albergue.

Este jueves un "samaritano" les regaló una cama. "Todo lo perdimos... Lloramos mucho de noche, es mucho dolor. Lo que quiero es un pedacito de tierra para hacer una casa y morir ahí tranquila", dice Ana María.

"Rogamos a Dios poder volver a casa"

La fuerza del río Portalón inundó de barro, troncos y piedras la casa donde José Ángel Quirós y su familia vivieron durante 22 años.

El 21 de setiembre, la corriente les arrebató ropa, muebles y electrodomésticos, la familia tuvo que salir corriendo en busca de refugio. Su casa fue de las pocas cuyas paredes fueron más fuertes y resistentes y no se desplomaron.

"Poco a poco, nos levantamos de nuevo. Lo hacemos nosotros porque no hay ayuda. Lo hacemos todos los días... Rogamos a Dios poder volver a casa, porque nos prestaron una hasta diciembre. Luego no tenemos adonde ir", dice José Ángel.