Hoy acudirá a audiencia preliminar en Puntarenas

"Mansilla": una década de venta de drogas y de terror

Capo al que le decomisaron ¢208 millones, 6 carros, 2 motos y 6 propiedades

Puntarenas. - Un individuo de apellido Mosquera, conocido como "Mansilla", será llevado hoy a los Tribunales, un año y casi ocho meses después de la estrepitosa caída de su "imperio", levantado sobre un presunto tráfico de drogas y el terror.

Detenido el 10 de agosto del 2004 en una acción desplegada por la Policía de Control de Drogas (PCD), a "Mansilla", de 37 años, se le acusa de liderar un poderoso grupo narcotraficante, en Puntarenas, entre 1994 y el año de su captura.

Cuando lo arrestaron, en el marco de seis allanamientos simultáneos, la PCD le decomisó a "Mansilla" no menos de ¢208 millones, seis automóviles, dos motocicletas, seis propiedades y un sinnúmero de bienes suntuarios.

El dinero, en moneda nacional y en dólares, estaba en efectivo en depósitos a plazo y en cuentas bancarias. Esos fondos se encontraban a nombre de su concubina, la madre o allegados para eludir las consecuencias legales, pues provenían del narcotráfico, según la acusación que hoy leerá el fiscal José María Arguedas.

Otros nueve acusados acompañan a "Mansilla".

Ellos son su madre, de 65 años, dos hermanos, de 28 y 38, respectivamente, su concubina, apellidada Acuña, de 27, y una hermana de ésta, de 35.

También están acusadas la esposa de "Mansilla", de apellido Rojas, y una tía, apellidada Mosquera. La lista de imputados la completa un hombre de apellido Salas, que va en una causa aparte, y un menor de edad.

El capital que movía "Mansilla" era tal, que a ese menor la policía le decomisó ¢469.800 durante dos detenciones llevadas a cabo en julio y agosto del 2004, luego de que había recolectado el dinero de los vendedores.

Para desarrollar estas actividades, la banda contaba con un pick up Nissan, dos Toyota, un Four Runner y un Rav Four del año, así como un Kia Sportaje, también de adquisición reciente, y dos Hyundai, uno Elantra y el otro Accent, con placas de taxi.

"Todos los vehículos fueron adquiridos por Mosquera con dinero proveniente del tráfico de drogas para ser utilizados por los miembros de la banda en la ejecución de esa actividad criminal.

"Sin embargo, fueron inscritos a nombre de las personas aludidas para evitar que lo vincularan registralmente con ellos, y así poder encubrir su ilícito origen, por ser producto de la venta y distribución de cocaína", expuso el Fiscal.

La droga la adquiría mediante algunos pescadores que la encontraban flotando en el oceáno Pacífico, o bien en Paso canoas.

"Mansilla" tuvo presuntamente a su servicio gente que se dedicaba al almacenamiento, distribución y venta de drogas.

También contaba con individuos para amedrentar y vapulear a los deudores o a quienes pretendían desestabilizarlo, según informó la policía.

Capo implacable

En la organización narcodelictiva liderada por "Mansilla", él contaba con personas encargadas de presionar y atacar a aquéllos que obstaculizaran o atentaran contra los intereses de la banda, según señala la acusación elaborada por el fiscal José María Arguedas.

La represión era por deudas o por cualquier acción que se desplegara en contra de "Mansilla" o de sus bienes. Así lo consigna la investigación que coordina el Ministerio Público de Puntarenas, bajo la jefatura del licenciado Fernando Cubero, fiscal adjunto.

Entre el 24 y 25 de julio del 2004 fue identificado "un enemigo de la organización criminal, que estaba detenido. Esperaron que fuese liberado y lo abordaron cerca de un lugar conocido como El Ranchito".

Un hermano de "Mansilla" y otro individuo le propinaron una golpiza, supuestamente, por órdenes de aquél, según las investigaciones policiales.

Una de las últimas compras de cocaína las habría pactado "Mansilla" a un precio de entre ¢850 mil y ¢900 mil el kilo, pocos días antes de caer.