Buscar
Ver otras ediciones
Portada Nacionales Sucesos Ovación Farándula Vivir Hoy Internacionales VIP Foro Galería Escríbanos Pura Vida
 
 Nacionales Sábado 26 de agosto, 2006, San José, Costa Rica.
 

Este año, seis oficiales han muerto en el cumplimiento de su deber

Policías nos dan seguridad, pero ellos están inseguros

Autoridades reconocen graves deficiencias en equipamiento de efectivos policiales

Esteban Arrieta Arias
Colaboraron Julio Peña, Róger Amoretty, Mariela Hidalgo y Rolando Avilés, corresponsales

Mientras que el hampa "está armada hasta los dientes", los policías de nuestro país, patrullan a pie, sin radios de comunicación, con pocas municiones, armas en mal estado, sin chalecos antibalas y para colmo de males, con un uniforme para toda la semana.

Además:

  • Cuenta la historia de milagro
  • Esas son algunas de las carencias, que ponen en riesgo a los 9.363 efectivos nacionales, todos los días, cuando salen a patrullar.

    Este año seis policías han muerto en el cumplimiento de su deber, los últimos fueron Johnny Hidalgo y Christian Zamora, quienes fueron acribillados, el martes anterior, por un nicaragüense de apellido Ortega.

    Según las autoridades, el uso de un chaleco antibalas, les pudo haber salvado la vida; sin embargo, la falta de recursos del Ministerio de Seguridad Pública, fue cómplice de esos asesinatos.

    ¢10

    millones es lo que recibirían las familias de los policías muertos.

    El ministro Fernando Berrocal afirmó que "estamos haciendo todo lo posible, por conseguir dinero y dotar a los policías de un buen equipamiento.

    "Para nadie es un secreto, que recibimos un Ministerio con muchas deficiencias. Estamos a la espera de donaciones de Taiwán y Francia, que nos servirán para comprar 4 mil chalecos en primera instancia", aseguró.

    Julio Soto, dirigente sindical de ANEP, que representa a los empleados de Seguridad Pública, indicó que "por años, el Gobierno no se ha interesado en proteger a sus oficiales".

    Soto dijo que la indemnización a las familias de los efectivos fallecidos, en el cumplimiento de sus deberes, "es insuficiente y casi que ridícula.

    "Se trata de 60 salarios y el pago del incentivo de riesgo policial que es de ¢24 mil, lo que significan unos ¢10 millones. Esa suma, no se compara con la pérdida de un ser querido".

    La diputada y jefa de fracción del Movimiento Libertario, Evita Arguedas, envió ayer una carta al ministro Berrocal, con la intención de "buscar la forma de proteger a estos muchachos".

    En ese sentido, se comprometió a defender en el presupuesto del 2007, el rubro de equipamiento, porque el año pasado, "solo se destinaron ¢400 millones y eso no alcanza para nada".

    "Ellos nos dan seguridad, pero a ellos, ¿quién los protege?, máxime cuando el hampa tiene más armas y mejor equipo".

    Osvaldo Alpízar, director de la Fuerza Pública, dijo que hay graves deficiencias en el equipo de los policías, pero que "es una condición que recibimos.

    "Estamos haciendo todos los esfuerzos para ayudar a los policías, a que estén más seguros en la calle, todos estamos realmente consternados con lo que pasó recientemente".

    Siempre listos

    Alfredo Villegas, Guanacaste.

    La muerte de los compañeros, es muy dolorosa y nos deja una enorme lección, no podemos andar desarmados".

    Álvaro Jiménez, Alajuela.

    Ser oficial es muy peligroso, en los 26 años que tengo de servicio, he estado en peligro tres veces".

    Hannia Alvarado, Goicoechea.

    Mi familia sabe que una, tiene un trabajo peligroso y que, al salir de la casa, puede que un día no regrese nunca más a mi hogar".

     

    Foto: 1344034
    Sarkis Díaz y Juan Carlos Álvarez patrullan la zona de Limón, una de las más peligrosas.
    Róger Amoretty

    Foto: 1344036
    Evelio Cerdas, comandante de Alajuela, tiene 16 años de estar arriesgando la vida.
    Mariela Hidalgo

    Foto: 1344035
    Napoleón Calderón y Carlos Bogantes, dicen que sus familias, les han pedido que renuncien.
    Rolando Avilés

    Foto: 1344033
    Noldan Castillo y Alfredo Villegas de Guanacaste, sufren por el uniforme y el calor.
    Julio Peña







    Cuenta la historia de milagro

    Hace 13 años, el policía Manuel Camacho atendió una emergencia de violencia familiar en el Carmen de Guadalupe.

    A pesar de que la mayoría de grescas en el hogar, terminan cuando la policía se hace presente, en aquella ocasión, Camacho estuvo al borde de la muerte, por cumplir su labor.

    Y es que, recibió un machetazo en la cabeza, que requirió 26 puntadas.

    "Yo cuento la historia de milagro, porque Dios es muy grande. Después de aquella situación, no pude volver a patrullar, porque también me hirieron un brazo de por vida. En este trabajo, uno expone su vida todos los días, pues no se sabe con qué se va a encontrar a la vuelta".

     

    Portada Nacionales Sucesos Ovación Farándula Vivir Hoy Internacionales VIP
    Foro Galería Contáctenos Pura Vida
    © 2006. Periódico Al Día. El contenido de aldia.co.cr no puede ser reproducido, transmitido ni distribuido total o parcialmente sin la autorización previa y por escrito del Periódico Al Día. Si usted necesita mayor información o brindar recomendaciones, escriba a webmaster@aldia.co.cr . Diseño del sitio: Juan Pablo Carranza