Relato de paramédico que atendió niño baleado en Turrubares

“Si hubiera pasado en otro lugar, él habría sobrevivido”

El sitio, falta de teléfono para alertar y mala suerte tuvieron que ver en accidente

Alajuela - Un día después de que el paramédico del Servicio de Vigilancia Aérea, Ricardo Hernández luchara por salvarle la vida al menor Juan Daniel Castro, de 12 años, los recuerdos le golpean el corazón.

Hernández no concibe que la tragedia se haya ensañado con alguien que apenas se abría paso en la vida.

El menor murió anteayer de forma accidental en el poblado de Surtubal de Turrubares, luego de recibir un disparo accidental con una carabina que accionó su hermanito de ocho años.

El arma solo era usada cuando la familia sentía la amenaza de algún animal salvaje, como anteayer que escucharon que una especie de gato salvaje rondaba el gallinero de la casa.

El paramédico aseguró ayer que en Surtubal de Turrubares llegaron desde Alajuela en ocho minutos, sin imaginar el triste panorama que iban a encontrar al descender del helicóptero de Vigilancia Aérea de Seguridad.

Comentó que lo primero que hicieron fue pedirle a los lugareños que con unos pañuelos blancos les hicieran señas para conocer el punto exacto, para verlos desde arriba, porque era en medio de una montaña.

Tras descender, se subieron a un vehículo doble tracción y recorrieron un kilómetro hasta la casa, donde miembros de la Cruz Roja de Orotina estaban ya en la humilde casa de madera.

“El joven estaba en la cama cuando llegamos. La primera valoración nos indicaba que había muerto, pero aún así le empezamos a estimular el corazón con un monitor regulado”, afirmó.

Agregó que en el primer intento la vía y el tubo lo pusieron bien, contrario a otras ocasiones que tienen que probar varias veces.

“Era una vida en plena juventud, que se iba. Todos pensábamos que lograríamos que respondiera a los impulsos, pero no fue así”, dijo.

Lejanía, el peor obstáculo

La falta de un teléfono público y lo remoto del lugar fueron considerados como las principales causas que incidieron en la muerte del niño.

“Es increíble, pero la pobreza arrastró la tragedia. Si hubiera pasado en Heredia, Alajuela o San José se hubiera salvado. Para mí solo era necesario un cirujano y la historia hubiera sido diferente”.

Aseguró que el corazón casi se le sale cuando vio al padre del pequeño llorando como un niño, cuando le dijeron que ya no había nada qué hacer.

Horas después, Hernández recordó, durante el baile de graduación de su hijo de sexto grado, que un muchacho como el suyo había fallecido de esa forma.

“Para ese padre, el poder abrazarlo y decirle a su hijo cuánto lo amaba hubiera sido lo máximo; por eso hay que abrazarlos. Hace 10 años, Surtubal era para mí un grato recuerdo porque sacamos a un paciente con retardo mental, pero ahora solo dolor me trae”, aseveró.

La víctima Juan Daniel Castro G. Edad: 12 años

Lo enterrarían mañana Esta era la escuela a la que asistía el niño. Rolando AVILÉS Cristian CAMPOS, corresponsal redaccion@aldia.co.cr Hoy, ya no se alista la cinta de graduación ni el uniforme para que Juan Daniel reciba su título de sexto grado. El anillo que con tanto esfuerzo habían apartado sus papás, Jorge y Pilar, aún está en una joyería de Orotina. En la cuarta casa de Surtubal, las muestras de cariño han sido constantes a toda hora del día y la noche, pese a que en la vivienda no cuentan con electricidad. Para llegar hasta el poblado, solo se puede hacer con vehículos de doble tracción, debido a lo escabroso y difícil del terreno. Se tiene previsto sepultar el cuerpo del pequeño mañana, el mismo día en que Juan Daniel recibiría el diploma de sexto, que tanto esfuerzo le costó, ya que él era el único que cursaba ese grado.