Pido la palabra

Así se habla, Monseñor

He admirado, y admiro, a quienes le llaman al pan, pan y al vino, vino, de manera que no comulgo mucho con los medias tintas, quienes queriendo decir una cosa dicen otra y endulzan las palabras.

Por eso me sorprendieron, gratamente, unas declaraciones de monseñor Ignacio Trejos. Con una actitud inusual en algunos miembros de la jerarquía eclesiástica, se "raja" y, por lo tanto, se aleja del silencio acostumbrado por la mayoría de los obispos.

Critica a quienes, reitero sus palabras, "se han atrevido a violar la Constitución para agradar a un determinado personaje plagado de ambiciones".

Independientemente de que uno esté de acuerdo, o no, con lo dicho por él, esta es la primera vez, al menos hasta donde recuerdo, en que un religioso de su rango pone los puntos a las íes.

Bueno, desde mi punto de vista más bien se queda corto: debió haber dicho nombres (aunque todos sepamos a quiénes se refiere) y también debió haber dicho de quién habla cuando menciona al "culpable" que "se refugia en el exterior".

Aún con ese "pero", es imposible restarles valor a las palabras de monseñor.

Aunque muchos se le vayan encima tratando de desacreditarlo, lo bueno es que dijo lo que piensa. Mis respetos por hacerlo. Hace bien en salirse del canasto mientras la mayoría en su gremio no dice ni sí, ni no, sino todo lo contrario.