Juicio siguió ayer con la asistencia de dos testigos

"Creí que me mataban a batazos"

José Rodríguez, sobreviviente de ataque en calle de la Amargura

Hoy, cuatro años más tarde, aún sufre las secuelas de aquella salvaje paliza ocurrida la madrugada del 13 de mayo del 2000 en la calle de la Amargura, en San Pedro de Montes de Oca.

"Creí que me mataban a batazos", recordó ayer José Pablo Rodríguez Vicenzi, uno de los cientos de jóvenes que, sin esperarlo, vivieron una balacera donde una persona resultó asesinada y otras tres heridas de bala.

Como sospechoso figura un hombre de apellido Obando, chofer y dueño del Hyundai Excel rojo del cual bajaron los dos hombres que habrían disparado y agredido a batazos a la gente.

"El sujeto, se me vino encima y, de un sólo golpe me lanzó contra el piso. Luego vinieron uno y otro batazo. Intenté levantarme y otra vez caí al suelo. Los batazos los recibía en la cabeza, la espalda, el hombro, la nuca y la cara", comentó el joven al término de su declaración.

La angustia por sobrevivir y fijarse quién quería asesinarlo lo hizo no sentir dolor en un primer momento. A ra´íz de la agresión debieron operarlo dos veces. "No podía levantar, estirar y mantener extenido el brazo derecho", dijo el muchacho.

Hoy, aún tiene limitaciones de movimiento en ese brazo.

Testigos con limitaciones

El OIJ supo quiénes fueron los dos hombres que atacaron a la gente, pero no fueron incluidos al proceso por dos trastornos: primero, que los conocían por sus alias y cuando quisieron averiguar los nombres verdaderos, ya habían huido de Hatillo, donde vivían.

Segundo, que los testigos tuvieron limitaciones para identificarlos. Si esto hubiera ocurrido en Limón habría sido diferente; los testigos habrían dado más pistas que únicamente el color de la piel.