familia de periodista asesinada, Ivannia Mora, espera justicia

La casa está como ella la dejó

Tres años después, las heridas de la familia Mora Rodríguez siguen abiertas

El sueño de la periodista Ivannia Mora de estrenar su casa, se fue con ella el 23 de diciembre del 2003, cuando la asesinaron frente al centro comercial Plaza del Sol, en Curridabat.

Solo tres días antes de la tragedia, Ivannia había terminado de construir el hogar donde viviría con su esposo, Sanjeev Raná, y su pequeña hija Aria de dos años.

La familia había decidido dejar pasar la época navideña e iniciar la mudanza en enero del 2004. Pero Ivannia nunca pudo habitarla, fue asesinada por sicarios.

“La casa está tal cual la dejaron ellos (los constructores)”, explica el doctor Érick Mora, padre de Ivannia.

Nadie la ha ocupado, ni la han alquilado en estos tres años, por decisión de Raná: “Fue una casa que trabajamos juntos, durante casi un año. La planeamos con tantas ilusiones que cada rincón lo discutimos e hicimos juntos. Ella no vivió ni un día en la casa, no dormimos ni una noche ahí. No tengo la misma ilusión”.

Para no abrir las heridas, la familia no le sigue el pulso al juicio por la muerte de la periodista; evita leer los periódicos, no ve noticias en televisión y tampoco asiste a las audiencias.

“Lo que pasa ahí no me interesa tanto. Desde mi punto de vista, igual, no me va a devolver a Ivannia, nadie me la puede devolver”, afirma el esposo, quien, en la sala de juicio, solo estuvo a mediados de este año, para rendir su declaración.

El próximo lunes 20 de noviembre, cuando se lea la sentencia en el juicio por el homicidio, es problable que tampoco estén ahí.

Doña Lilliam se ha entregado a la crianza de la pequeña Aria, hoy de cinco años. “Es un homenaje a la memoria de mi hija, quien estaría muy orgullosa de ver crecer a su hijita”.

“Usted no se puede imaginar lo que siento yo cuando ella un día me dijo ‘vamos a comprar una escalera muy grande para ir a saludar a mi mamá”, recuerda doña Lilliam, una madre que ha sacado fuerzas para sobrellevar la tragedia y estar en pie para darle fuerzas a su nieta.

“Hemos salido adelante con el apoyo familiar y de Dios. Algo importante, las muestras de dolor de todas las amistades de la familia, quienes nos han expresado su compañerismo, nos tienen luchando y, como se dice corrientemente, de frente y para adelante”, manifiesta don Érick, quien, como toda la familia de la periodista, confía en que se haga justicia.