En su hogar no le gusta hablar de fútbol

Medford bajo su techo

Hernán abrió las puertas de su casa y reveló detalles de su vida privada. “No soy ordenado”

Reloj en la muñeca izquierda y con el dedo índice de la mano derecha golpeando la carátula.

Hernán Medford, técnico de la Selección Nacional, señalaba que llegamos tarde a la cita.

Apenas eran las siete de la mañana del viernes y Hernán estaba levantado, bañado, bien vestido y listo para desayunar con Al Día.

“No crea que me desperté temprano solo porque ustedes venían”, dijo Medford, mientras con una sonrisa miraba su reloj, como para recordar que el tiempo es oro y hay que aprovecharlo.

Y es que por lo general Hernán sale de las cobijas a las seis de la mañana, o media hora después.

“No necesito despertador, ya es costumbre levantarme a esa hora”, opinó Medford, mientras se preparaba para saborear un gallo pinto con huevos revueltos y jugo de naranja. Sin café, porque a él no le gusta el “cafecito”.

En San Francisco de Dos Ríos, Medford le abrió las puertas de su casa a un equipo periodístico de Al Día, y lo hizo para hablar de Hernán como persona, del hombre que en su hogar busca dejar el estrés y vivir a sus anchas.

“Mi casa es el sitio donde estoy más tranquilo, aquí no se habla de fútbol y eso mis amigos lo saben. Al fútbol es a lo que más tiempo le dedico y llegar a mi casa para seguir con eso, es embotarme”.

Cada mañana, apenas abre los ojos, Hernán enciende el televisor para escuchar las noticias, baja a la cocina donde se prepara un huevo y a veces quesadillas.

“En el baño no duro mucho, creo que lo normal, cuando ocupo más tiempo es una vez cada cinco días, porque me afeito y me rapo la cabeza.

Debo ponerme varias cremas”, contó Hernán, al tiempo que la mirada de su novia Wendy Alpízar se posaba en él.

Siempre tiene mucho que hacer, por eso pasa poco en la casa y con sinceridad manifestó que el orden no es una de sus virtudes.

“Soy de los que se cambian la ropa y la tiran donde sea y ahí se queda, por suerte tengo una muchacha que viene tres veces a la semana a lavarme, plancharme y limpiar la casa”, contó Medford.

Hernán no tiene mascotas, el mini componente en la sala, el televisor en el cuarto y sobre todo el celular, son su mejor compañía cuando está solo. Cuando Wendy no está mimándolo o cuando sus hijas, Rashany y Kaneesha, no llegan de visita a la casa, donde tienen su propio dormitorio.