Ventas ambulantes

Muchas horas y poca plata

“Con esto apenas se sobrevive, es muy poco lo que se gana para lo mucho que se trabaja”.

Con estas palabras se expresó ayer Antonio Colomer, un vendedor ambulante de flores que labora en la rotonda de las Garantías Sociales, en Zapote.

Actualmente un vendedor en la calle hace entre ¢15 y ¢20 mil por semana, con una jornada laboral que puede ir desde las 7 a.m. hasta las 7:30 p.m.

“Es muy duro, cuando llueve no se hace plata y en mi caso no puedo estar mucho tiempo bajo el sol”, dijo Rándall Araya, otro vendedor de chicles, maní y dulces que se ubica en un semáforo en Hatillo Seis. En su silla de ruedas, “dribla” a los carros y asegura que las ventas son muy bajas para la cantidad de horas que se trabajan.

Uno de los que más experiencia tiene en el campo es Juan Carlos Masís. Este vecino de San Sebastián y una familia que mantener, tiene diez años de trabajar frente al parque Nicaragua y cuenta lo difícil que es vender chanchos de barro. “Van de ¢500 a ¢3.500, y a veces no se vende ni medio”, comentó resignado Masís.

Ervin Guevara a sus 18 años, ya vela por una hija y vende jocotes en Zapote. Hace ¢2 mil al día.

El asistente del alcalde de San José, Rafael Arias, asegura que en el centro de la capital hay 150 vendedores ambulantes, pero que la cantidad varía conforme a los días y fechas del año.

“En Navidad es cuando asciende el número de vendedores”, aseguró Arias. “Para esta época que se avecina, nos estamos preparando para que este tipo de ventas no afecten el libre tránsito”.