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 Nacionales Jueves 23 de agosto, 2007, San José, Costa Rica.
   

Versión de alerta previa

Dolor y misterio tras muerte de tráfico

“Jamás imaginé que pasaría algo así”, comentó un vecino todavía afectado

Hugo Solano
Colaboró: Carlos Salazar

San Ramón - En barrio Belén de San Ramón nadie sale del asombro. La tragedia entre dos vecinos, el sábado, tiene al pueblo sumido entre el dolor y la intriga. Hubo crimen y suicidio.

Entre ambos protagonistas, que vivían a 250 metros uno del otro, surgieron constantes rencillas que desembocaron en el homicidio de un oficial del Tránsito de apellido Murillo, de 34 años, la mañana del sábado frente a Recope, en Esparza, y el suicidio del supuesto homicida de apellido Carvajal, de 35, en La Angostura, San Ramón, sobre la Interamericana.

Están sin armas

En muchas zonas del país los tráficos están sin armas. German Marín, director de Tránsito, afirmó que no todos han pasado la prueba psicológica

Fuentes policiales ligadas al caso lo manejan como el desenlace de un lío pasional. Sin embargo, la investigación continúa.

Según una versión recogida por Al Día ayer en San Ramón, una supuesta amenaza de acción violenta en contra de Murillo fue puesta en conocimiento de la delegación de la Fuerza Pública, la Policía de Tránsito y el OIJ desde la noche del viernes.

La versión indicaba que un hombre armado, fuera de sí, buscaba afanosamente al oficial Murillo para descargar su ira por problemas personales.

El mismo tráfico víctima, según la alerta, fue enterado de ello y aunque inicialmente se puso al tanto, al día siguiente salió solo y sin armas a su labor

En la Fuerza Pública de San Ramón una fuente consultada negó conocer de la alerta. Tampoco se confirmó en el OIJ.

El sábado temprano, el supuesto homicida sabía en qué sitio se encontraba patrullando Murillo y salió a buscarlo de San Ramón hacia Puntarenas.

Cuando lo divisó, frente al plantel de Recope, recordaron testigos, se encaminó hacia él, lo encaró, desenfundó un arma Lorcin, calibre 3.80 y le disparó.

Cuando Murillo intentó cubrirse, la bala le perforó la mano derecha, luego recibió otro impacto en la espalda, se desplomó y recibió otro balazo en la cabeza.

El hecho provocó conmoción en la zona y parálisis.

Según la versión comunicada a este diario, una persona que alertó de la amenaza no supera el gran desconcierto al darse cuenta, el sábado, que todos sus esfuerzos por detener la desgracia habían sido en vano. Según supo Al Día, días antes del suceso, el presunto homicida, celoso, preguntó a una persona si había visto al tráfico merodeando su casa.

Gran vacío

Foto Flotante: 1700695

Laura Villalobos, Abuela.

Alexánder era como un chiquito grande. Lo crié desde niño. La víspera de su muerte lo vi en carretera y me dijo adiós”.

Foto Flotante: 1700696

Alfonso Rodríguez, Tío del tráfico.

Sé que el homicida también amenazó de muerte a personal del ICE, porque le cortaron la luz. Andaba mal”.

Foto Flotante: 1700693

Carlos Núñez, Jefe policial.

Al regresar, Carvajal se topó un retén y prefirió orillarse. Quedó muerto en su asiento, sujeto al cinturón y con el arma al lado. En el libro no aparece alerta previa”.

Aficionado al fútbol y topes

Foto Flotante: 1700690
Víctima
Alexánder Murillo, 34 años

Un altar con flores adornaba ayer la sala en la casa de doña Olga Rodríguez, en barrio Belén de San Ramón. Allí se realizan los rosarios en sufragio de su sobrino Alexánder Murillo Rodríguez, el tráfico asesinado de tres balazos el sábado pasado en Puntarenas.

Sus familiares lo describieron como un hombre muy servicial, cariñoso y amante de jugar fútbol y de los topes. De hecho, estaba en la comisión organizadora del desfile de boyeros que se realizará el próximo dos de setiembre con motivo de los festejos patronales. Para ese desfile se usará una camiseta con la imagen de Alexánder impresa, como homenaje póstumo.

De acuerdo con el tío que vio por su crianza desde pequeño, Alfonso Rodríguez, desde hace mucho ayudaba en la preparación de las fiestas de Navidad a los niños de un precario cercano.

“También le fascinaba su trabajo como inspector de Tránsito porque le permitía conocer mucha gente y hacer amigos”, manifestó su tío. Aunque le habían advertido del peligro de ese trabajo y le planteaban otras opciones como la crianza de caballos finos, el siguió en eso, dijo don Alfonso.

“Como era alto y fornido (medía 1.93 m.) se confió en su cuerpo y nunca usó armas”.

Estaba cerca de concluir su tesis en Administración Vial en la Universidad San Juan de la Cruz, Puntarenas. Dejó un hijo de 13 años.

Foto: 1700881
El homicidio se produjo frente a las instalaciones de RECOPE en Esparza.
Archivo

Foto: 1700698
Uno de los últimos proyectos del tráfico fue conseguir esta carreta que muestra su tío Alfonso para una rifa.
Allen Campos

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