Pido la palabra
Un gran cambio Carlos Freer
El año de 1985 fue tremebundo. Nacieron 85.000 niños. La cifra anual más alta en Costa Rica. Hoy, les cuesta encontrar trabajo y les costó encontrar cupo para estudiar.
Mas volviendo al tremebundo año, tal vez fue más terrible el anterior, pues a muchos de esos 85.000 chiquillos los pidieron en el 84.
Posiblemente, a esa gran cantidad de nacimientos se deben errores como el que vivió una muchachita de 22 años, a quien conoció mi esposa recientemente.
Resulta que a ella, una muchachita rubial, la mandaron a su hogar con su “madre”, una negrita de Limón. Entretanto, a una niña morenita la enviaron a casa con su “madre”, blanca como la nieve.
¿Por qué esas madres no tuvieron mayores dudas? Supongo que por lo que habían oído de la genética. La morenita era fruto de una pareja de negra con mulato, con una abuela de pelo castaño. Y la machita tenía una abuela medio morena. Así que ambas tenían de dónde salir diferentes a sus progenitores.
Pero el instinto materno, el recelo lógico de los padres y otros detalles hicieron que ambas familias acudieran de nuevo al hospital, a salir de dudas.
Después de entrevistas, cotejos, testimonios de otras parturientas y demás, se determinó que la morenita debía irse para Limón y la machita para Cartago.
Con los pruebas de paternidad, esas confusiones se resolverían hoy rápidamente. Por algo los nacimientos del año 2006 fueron los más bajos, justamente por temor a esos análisis. Un gran cambio.
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