Rincón arbitral

Da vergüenza el arbitraje de Archundia

Es desalentador observar a un árbitro de la categoría de Benito Armando Archundia, en un partido donde uno desea ponerlo como ejemplo, para los silbateros que no han alcanzado un nivel como el del mexicano, y decirles en el análisis: “Miren, así es como se hacen las cosas”.

Pero totalmente lo contrario, hay que manifestarles: “Por favor, no arbitren como él”.

En el partido entre Costa Rica y Panamá, y en el de la final del campeonato del fútbol mexicano, es inconcebible que con ese tipo de arbitraje escalara tanto.

Debe ser que está en decadencia y no lo observé cuando anduvo bien, porque el nivel de Archundia es de reconocida trayectoria internacional.

Pero cuando uno lo analiza da la impresión que es un árbitro con menor solvencia que cualquiera de los nuestros. Eso es lamentable porque si un silbatero ya no está en sus condiciones reales, no debe esperar a que lo hagan a un lado.

Debería tener el suficiente sentido común para dejar una huella agradable y no salir por la puerta trasera.

Pero es que les debe costar mucho cuando solo se ve el factor económico y participativo. Más allá que se tenga mucho o poco dinero, el ser una figura pública para gran parte del ser humano es fundamental.

A sabiendas que ya no es lo mismo al retirarse, se sigue en al ámbito deportivo sin hacer un verdadero análisis, y eso es muy común, no solo en el arbitraje.

Al menos a mí nunca me ha gustado que me echen porque prefiero irme antes, pero no todos pensamos así y menos Archundia. En este caso se aplica el dicho de que “la mula casi siempre camina porque la arrean, sin darse cuenta que lo hace”.