Montoya con sangre guanacasteca

El sabanero de la Tricolor

De ordeñar vacas y coger café en su natal Río Chiquito de Bagaces, a la Selección

Santa Ana. Aquel niño que arreaba las vacas de su padre en Río Chiquito de Bagaces y que en vacaciones cogía café para tener “plata para diciembre”, quería estudiar educación física.

Con esa mentalidad, el joven Félix Montoya abandonó su hogar y se fue a estudiar a Heredia. Esa era su prioridad en la vida.

Sin embargo, el destino le aguardó una gran sorpresa y tras ser campeón con la Universidad Nacional en JUNCOS, con la selección de fútbol, su vida dio un giro inesperado que lo llevó hasta el Saprissa y hoy a la Tricolor, que se prepara para ir a la UNCAF a El Salvador.

“Tuve una infancia muy linda porque mis padres me tenían mucha confianza, pero al mismo tiempo tenía que trabajar muy fuerte ayudándole a ordeñar y coger café”, recordó Montoya.

“Lo más que llegué a coger fueron nueve cajuelas y ordeñaba las vacas para tener leche para el queso y los vecinos”.

“Las cosas me han costado mucho, por eso es que las disfruto, también agradezco a los entrenadores José Antonio Díaz y Luis Torresn quienes me ayudaron a llegar a la Primera División y me aconsejaron, lo cual ha sido muy importante en mi carrera”.