Los seguidores de Jesús deben comportarse como él lo hizo

“Llevar el Evangelio a todos”

Presbítero

El texto del Evangelio de hoy (Lucas 10,1-20), nos invita a ser misioneros con las mismas actitudes de Jesús y de los discípulos: la sencillez en el modo de ser y de actuar; salir a llevar el Evangelio y no esperar que la gente venga a la misa o a la iglesia; estar cerca de las personas como amigos, compartiendo, además, otras cosas, tales como la comida, el diálogo…

Por eso, Jesús aparece en el Evangelio de hoy dando instrucciones precisas a setenta y dos discípulos, y no solamente a los doce. Ellos hacen lo que ha hecho la Iglesia a través del tiempo: evangelizar.

Todos los cristianos tenemos la misión de evangelizar, independientemente de tener novio o novia o de casarse.

El sacerdocio, el celibato o los votos religiosos no son para todos los cristianos, evidentemente, pero sí el de ser evangelizadores y vencer el mal con el bien.

Jesús no nos convierte en personas que “mágicamente” acaban con el mal, sino que nos hace testigos de la verdad, para denunciar todo tipo de maldad y ser promotores activos del bien, que Dios quiere para todos sus hijos.

Por esta razón, algunos evangelizadores han sido profetas y mártires en nuestras tierras, que han preferido perder su posición, su prestigio e incluso su vida, con tal de defender a quienes iban a evangelizar.

De allí que Jesús hoy nos manda de dos en dos (bien organizados), sin llevar bolsa, ni morral ni sandalias, es decir, la libertad ante las cosas materiales; transmitiendo su paz y con el poder de echar demonios, es decir, de vencer el mal con la gracia de Dios. “Sin saludar a nadie por el camino”, es decir, no perder el tiempo en aras de distraernos de la misión y de su urgencia.

Estas instrucciones no pasan de moda. ¿Estaremos los cristianos de hoy dispuestos a responder sí al Señor, como lo hicieron aquellos setenta y dos discípulos?