Buscar
Ver otras ediciones
Portada Nacionales Sucesos Ovación Farándula Vivir Hoy Internacionales VIP Foro Galería Escríbanos Pura Vida
 
 Nacionales Sábado 12 de mayo, 2007, San José, Costa Rica.
 

Desde mi espejo

Limosneros profesionales

Haydée de Lev, actriz

Sabemos (y nos duele y avergüenza) que cada día más habitantes de nuestro país viven en extrema pobreza. La escasez de trabajo empuja a hombres, mujeres y niños a la mendicidad para sobrevivir.

Sin embargo, no sabemos a ciencia cierta si la persona a quien damos una limosna lo hace por real necesidad o porque, económicamente, le resulta más rentable que tener un empleo.

Entre mis recuerdos de infancia, figura el de un hombre a quien le faltaban ambas piernas y vendía lápices en la entrada de una estación del subterráneo hasta las seis de la tarde, cuando pasaban a recogerlo en un automóvil de lujo.

Dentro del vehículo, se calzaba las piernas postizas, se cambiaba el vestuario y partía con su chofer a controlar las seis salas de baile que poseía. El “pobrecito inválido” era millonario y vendía lápices.

Yo no puedo entenderlo; se supone que quienes piden limosna lo hacen por extrema necesidad, y cuando pueden superar esa situación es porque han conseguido un trabajo que les permite dejar de pedir.

Pues no. Y sé de personas con discapacidades reales o ficticias que poseen modernos carros y casas de alquiler, compradas con su “trabajo”, pero siguen pidiendo limosna. Afortunadamente, no son la mayoría, pero ¿cómo saber si es un mendigo por necesidad o alguien que abusa de nuestra generosidad?

Portada Nacionales Sucesos Ovación Farándula Vivir Hoy Internacionales VIP
Foro Galería Contáctenos Pura Vida
© 2007. Periódico Al Día. El contenido de aldia.co.cr no puede ser reproducido, transmitido ni distribuido total o parcialmente sin la autorización previa y por escrito del Periódico Al Día. Si usted necesita mayor información o brindar recomendaciones, escriba a webmaster@aldia.co.cr .