OIJ les decomisa 2,2 toneladas de coca en Heredia y San José

Bombazo al cartel de Guadalajara en el país

Caen siete mexicanos y un colombiano a quienes les seguían la pista desde febrero

Con el decomiso de 2,2 toneladas de cocaína, la captura de siete mexicanos y un colombiano y allanamientos al por mayor, el OIJ asestó ayer un golpe fulminante a un tentáculo del cartel de Guadalajara en el país, a quienes perseguían desde febrero.

El anuncio lo hizo Francisco Segura, jefe a.i. de ese cuerpo policial. El grupo, hasta ahora, está integrado solo por extranjeros.

Los oficiales detuvieron a siete mexicanos de apellidos Robleto, Esquivia, Sánchez, Hill, Valencia y Malaña. El apellido del sétimo no trascendió por ser menor.

El otro es un colombiano apedillado Tabares.

La hipótesis policial, de que tienen nexos con el cartel de Guadalajara, se basa, principalmente, en lo que revelan las intervenciones telefónicas desde el principio de las pesquisas, a mediados de febrero, confirmó una fuente cercana al caso que no quiso ser identificada.

“Los contactos telefónicos son múltiples con Guadalajara, Jalisco y México”, agregó.

Además, mantenían nexos con dos oficinas, una en El Salvador y otra en Colombia.

Los sujetos, al cierre de la presente edición, estaban a las órdenes de la Fiscalía de Narcotráfico que pidió seis meses de prisión preventiva para cada uno.

Los líderes del grupo son los mexicanos Valencia y Malaña, precisó Segura.

Almacenar y enviar

La estructura, al parecer, recibía y guardaba droga que luego era enviada a México, informó Segura.

Las 2,2 toneladas de coca entraron al suelo tico el viernes por el océano Pacífico y el primer embarque de 220 kilos saldría anoche para El Salvador en un cabezal modificado con ese fin.

Los primeros en llegar al país fueron Valencia y Malaña. Inicialmente, alquilaron la casa en Rohrmoser, cerca del antiguo edificio del AID.

Ellos, al parecer, pagaban unos $1.500 mensuales de alquiler.

Luego, rentaron las bodegas en Lagunilla de Heredia, donde abarcaron más campo del necesario para evitar tener vecinos

Tras Valencia y Malaña, apareció el colombiano Tabares quien, además de desempeñarse como chofer, buscaba y hacía compras de equipo y materia prima para acondicionar los tráilers para transportar la coca.

“Adquirieron equipo y materiales de lo último que hay en el mercado”, dijo.

El desenlace de las pesquisas, llamada “Operación Azteca”, comenzó el fin de semana, pero el grupo era investigado desde hace varios meses.

Las primeras reuniones se hicieron en el mall Paseo de Las Flores, Heredia, y otros centros comerciales de la capital.

Al acercarse la llegada del primer gran embarque, ingresaron Robleto, Esquivia, Sánchez y Hill para ayudar en otras labores.

Los movimientos se iniciaron el lunes cuando llegó a las bodegas un tráiler con su contenedor, pero entró el vehículo, no así el compartimiento.

Anteayer, un microbús , que estuvo parado frente a la casa de Rohrmoser, fue conducido a una de las bodegas de Lagunilla.

Al salir, llevaba unos colchones y alguna carga pesada porque iba muy lento.

El vehículo regresó a la casa en Rohrmoser, entró a la cochera y, minutos más tarde, volvió a Lagunilla, donde repitió el proceso.

Cuando Tabares conducía por el puente de Los Ledezma, se ordenó detenerlo. Ahí, le decomisaron 640 kilos, informó Segura.

Después, se pidió allanar la vivienda, donde cayeron Robleto, Esquivia y el menor.

Todos descansaban porque, supuestamente, acababan de descargar los primeros 640 kilos que aparecieron en una fosa construida en el patio de la casa.

Les incautaron una AK-47 y municiones.

Los oficiales del OIJ se trasladaron a Lagunilla donde detuvieron a Valencia, Malaña, Sánchez y Hill, quienes salieron a buscar un taxi.

Dentro de esta segunda vivienda, decomisaron 920 kilos de cocaína más la droga que estaba escondida en el vehículo.

Dicho camión sería cargado con mercadería lícita consistente en productos de papel de una reconocida marca mundial.

Los oficiales del OIJ mantenían anoche el caso abierto con nuevos allanamientos.