Juan Diego Villarreal
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Ya lleva tres noches durmiendo en Namche, Nepal, y cada día que pasa se va acostumbrando más al clima.
Gineth Soto, costarricense que está en proceso de escalar el Monte Everest, nos contó, vía telefónica desde Namche, su experiencia.
¿Cómo se encuentra en este momento?
Me siento muy bien, todo ha sido muy lindo. Estamos camino al campamento base del Everest. Ahora estoy a unos 3.450 metros de altura. Estoy aclimatándome. Hice una caminata por los alrededores, subí a 4000 metros y regresé a Namche. Iré más arriba y así seguiré, porque quedan muchos días para llegar al campamento base.
¿Ha podido ver el Everest despejado?
Sí, y es algo increíble poder verlo y que no sea en fotos o televisión. Cuando venía para Namche estaba despejado y lo vi, aunque hay muchos árboles. También vi el Lucknow -que está junto al Everest -, Amazatlán y otra cordillera más. Me parece un sueño, es increíble.
¿Cómo es Namche?
Es un pueblo pequeño, pero acá es uno de los más grandes. Lo habitan los “Sherpas”. Ahora no está nevando, pero sí está bastante frío. Se duerme en unos pequeños cuartos con el saco para dormir nada más, no hay calefacción. Dentro del cuarto está como a cinco grados y fuera como a cero.
¿Cómo se siente físicamente?
Bien, se respira bien y lo importante es la aclimatación. Lo que se trata de hacer es subir y regresar a menos altura para dormir, volver a subir y bajar, y así...
¿Cuánto tiempo falta para llegar al campamento base?
Unos cuatro días, más o menos. Cuando lleguemos descansaremos ahí unos dos días, porque estaremos a 5000 metros de altura.
¿Qué factores influyen más en la subida?
El clima, todo depende de él. Si el clima está bien podremos ir subiendo a cada uno de los campamentos, hasta llegar a la cima.
¿Cuál es el proceso que siguen para ir escalando?
Es un poco lento, pero necesario para la aclimatación. Subiremos al campamento uno, bajamos a la base, subimos al dos, volvemos a bajar y subimos al tres y volvemos a bajar. Descansamos unos días y nos alimentamos bien, porque ya después debemos ascender el uno, el dos, el tres y el cuatro, que es la “Zona de la muerte” a unos 8000 metros.
¿Esa es la cima?
Sí, ya cuando estemos en el campamento cuatro es cuando subiremos. A la media noche de ese día esperamos llegar a la cima. Eso esperamos que sea a finales de mayo.
¿Qué cosas desea llevar a la cima?
Dos banderas muy especiales. La de Costa Rica y la del Banco Nacional, mi patrocinador.
¿Qué tipo de ropa usa?
Abrigos y chaquetas de plumas. El traje completo de plumas y las botas las usaré cuando esté en la cima. De hecho ese equipaje mío ya va directo a la cima.
¿Cuántas personas la acompañan?
Somos seis escaladores, todos hombres y ningún latino. Tenemos a una señora que es de soporte y al líder. Además hemos conocido como a 15 “Sherpas”.
¿Es difícil para usted estar sola allá?
Sí, a veces es muy difícil, porque me siento sola, pero sé que desde allá me están apoyando mucho. Entonces eso es lo que hago, pensar en las buenas vibras que vienen de Costa Rica.
¿A quién se “encomendó” para realizar esta expedición?
Yo soy muy espiritual, tengo mucha fe en la Virgen y en Dios.
¿Han tenido algún problema político, por los Juegos Olímpicos?
Lo que pasó fue que cerraron la ruta y tuvimos que tomar otra. Pero en general está muy linda. La idea es seguir y no tener más atrasos en la ruta.
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