Rodolfo Martín
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Corredores, Puntarenas.- Un panameño de apellido Espinoza, llamado “Anel”, figura como sospechoso de ser el autor intelectual de dos ejecuciones con un saldo de siete hombres asesinados en Fila de Cal, Ciudad Neily y en Sábalo, Golfito, según investigaciones del OIJ de Corredores.
El sospechoso, de 39 años, lideraría un “grupo organizado capaz de reclamar sus pérdidas de droga a cualquier costo, aunque signifique privar de la vida a cualquier ser humano”, informa la policía.
Por estos hechos, surgidos a causa de ajustes de cuentas por narcotráfico, resultaron, además, heridas otras tres personas.
El hecho más grave ocurrió el 30 de enero cuando aparecieron cinco panameños acribillados en un basurero, en “Fila de Cal”.
Los extranjeros eran Javier Ospino Torres, Ángel Luis Pinzón Bazán, Víctor Manuel “Coquito” Navarro Otero, Ander Darío “Dari” Moreno Gutiérrez y Eliécer “Chino” Estribí Guerra.
El otro caso ocurrió el 21 de diciembre, en La Virgen de Sábalo, de Golfito.
Ahí, y con no menos de siete impactos, pereció Luis Alberto Torres Cubilla. Miguel Jiménez expiró antes de entrar al hospital de Golfito. A ese centro llegaron heridos Jorge Rodríguez Gaytán, Daniel Camareno Quiel y Édgar Eugenio Pitty Cedeño, quien entre la noche del jueves y la madrugada del viernes pasado rindió declaración de esos hechos.
Cinco similitudes
Los oficiales, al parecer, hallaron cinco coincidencias entre ambos hechos: las víctimas son llevadas a la ejecución de manera pacífica o engañadas; son cinco los sujetos a ejecutar; resultó similar la forma como los colocaron para eliminarlos; las matanzas fueron por pérdida de droga y en los dos casos –presuntamente– reconocen a “Anel”, como uno de los autores de los hechos.
Hasta el jueves solo había sido procesado por la masacre en “Fila de Cal” pero, a raíz de la declaración que Pitty rindió esa noche, ahora también lo es por el segundo caso por el que cumple tres meses de prisión preventiva, según la resolución del juzgado penal de Golfito.
Antes, por la masacre de Ciudad Neily, solo atendía varias medidas cautelares, como firmar cada ocho días y no acercarse a los testigos.
Versiones familiares
“Anel” aparece involucrado en el quinto homicidio por las declaraciones de tres testigos: una mujer y dos parientes de Eliécer “Chino” Estribí.
La última vez que “Chino” fue visto con vida fue el 30 de enero, a las 8:00 a.m. Él salía de su casa, en el barrio San Jorge de Paso Canoas, en un Toyota Hi-Lux, alquilado dos días antes en David, Panamá, según le dijo su mujer al OIJ. Iba por alimentos para el desayuno, detalló.
Unos 30 minutos antes, “Anel”, al parecer, estuvo en la casa de un pariente de Estribí donde preguntó por “Chino” en “forma agresiva”, afirmó un testigo.
El sospechoso habría preguntado “dónde vivía o estaba ya que lo iba a matar”.
Un testigo agregó que al “Chino” lo buscaban por “un asunto de drogas” y que “Anel” era acompañado por dos tipos morenos, al parecer colombianos.
Un vecino también anotó la placa del vehículo en el cual presuntamente llegó “Anel”.
“Chino” llegó a las 9:00 a.m. al parqueo trasero del hotel El Descanso, en el centro de Paso Canoas, recordó otro informante.
“Chino” , supuestamente, era acompañado por los hoy occisos. Ahí, estuvo estacionado 20 minutos hasta que llegaron dos autos, uno de ellos, al parecer, un Hyundai. Los del Toyota bajaron y se pasaron a los automóviles.
Alrededor de las 10:00 a.m. fue cuando una vecina del lugar de los hechos y otros testigos, oyeron las detonaciones que provenían del basurero clandestino.
Al localizar el cuerpo de Estribí, junto a los otros cuatro ejecutados, hallaron en sus bolsillos las llaves del Hi Lux que permanecía estacionado en el parqueo del hotel. A juicio de los oficiales, eso demuestra que “Chino” era quien conducía y que quienes lo acompañaban eran los asesinados.
El primer ataque
El primer hecho había ocurrido el 21 de diciembre del año pasado en La Virgen de Sábalo.
“Anel”, oficialmente, sale incriminado luego de una maratónica jornada celebrada entre el jueves por la noche y la madrugada del viernes en el edificio de los Tribunales de Golfito.
“Anel” es sometido a un reconocimiento del que sale positivo, luego se le toma un anticipo jurisdiccional de prueba a Pitty y se solicita la prisión preventiva en contra del panameño, quien había sido detenido en Río Claro, el jueves a las 5.00 p.m.
“Anel”, supuestamente, ordenó matarlos porque creyó que ellos, al parecer, le habían robado 300 kilos de droga, de 500 que transportaban.
Pitty y los otros cuatro hombres, le aseguraron a “Anel” haber sido objeto de un “tumbonazo” mientras pasaban la droga de un “pick up” a un cabezal.
Ante la pérdida de la droga, les exigieron cuentas y por ello los citaron en un bar.
Al llegar también lo hacen otros cinco sujetos. Ellos les indican que suban a un vehículo porque la reunión será en la playa.
“Todos suben al vehículo y se dirigen hacia el sector de Pavones siendo que, en determinado momento, observan un Hyundai rojo adelante de ellos”, consigna el informe policial, según la narración del testigo.
Luego los metieron en una entrada, agrega de manera textual, y del carro rojo salen otros sujetos logrando reconocer, entre otros a “Anel”, a otro conocido como “Mello” y a un colombiano de nombre Felipe.
Los desconocidos bajan armados, los rodearon y sometieron a un último interrogatorio, para ver si confesaban dónde estaba la droga y, como el silencio volvió a ser la respuesta les ordenan arrodillarse y les disparan.
Según defensor, no hay nada
El penalista Luis Venegas, defensor de Espinoza, aclaró que las causas en contra de su cliente son muy diferentes una de otra. Acerca de la primera, por el quíntuple homicidio de Ciudad Neily, no hay nada y, “prueba de ello es que el juzgado penal no aceptó las medidas cautelares solicitadas en su contra por la fiscalía”, declaró.
“No hay un indicio comprobado del delito y, ante ello, la necesidad de una medida procesal no prospera”, agregó el penalista.
A su criterio, “la policía comenzó como debió de haberlo hecho: investigando pero, la proliferación de información errónea obstaculizó sus pesquisas y no pudo seguir su propia línea”.
“La verdad o los matamos”
Golfito, Puntarenas. - La pérdida de 300 kilos de cocaína, de los 500 que eran transportados desde Ciudad Panamá hasta Paso Canoas, habría sido lo que enfureció a “Anel” para que, al parecer, ordenara la ejecución del 21 de diciembre por la noche, en La Virgen de Sábalo, Golfito.
Así trascendió la madrugada del viernes en la fiscalía de Golfito con la denuncia planteada por uno de los tres sobrevivientes, Edgar Eugenio Pitty Cedeño.
Los interrogatorios para averiguar el paradero de la mercancía habían comenzado desde las 11:00 de la mañana en el centro de Paso Canoas. “Esa droga no se puede perder” habría exclamado “Anel” cuando se entrevistó con Pitty y sus otros cuatro amigos, en el bar El Malinche.
Luego, por la tarde, volvieron a citarlos a una nueva reunión pero el lugar de la cita fue cambiado seis veces antes de llevárselos engañados al “último interrogatorio”, el de la muerte.
Los cuestionados fueron sentenciados: “digan la verdad o los matamos” pero como mantuvieron la misma posición, en el sentido de que no habían robado nada, sino que más bien fueron objeto de un “tumbonazo”, no les creyeron y les ordenaron acostarse boca abajo. Luego, les dispararon a un metro y medio de distancia.
“Yo recibí cinco impactos. Uno en el cuello, otro en la pierna y tres en la espalda”, recordó Pitty.
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