Carmen Aybar
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La comunicación constituye una vía privilegiada hacia la sexualidad, sin embargo también la carencia de una buena comunicación puede destruir o debilitar los lazos y afectar los sentimientos humanos.
La comunicación interpersonal tiene varias vías y existen varios elementos que influyen en el mensaje. Por ejemplo: el momento, el contenido, el lugar y la forma en que se dicen las cosas, afectan el mensaje.
El tono en que se dice el mensaje también tiene mucho que ver, hay infinidad de tonos; está el de molestia, el que es a gritos, el sarcástico, el amoroso, etc. Es evidente que la forma en que se diga el mensaje afecta el contenido final del mismo, por lo que es probable que cuando hablemos con alguien, le demos más importancia a la forma en que lo hace, que al contenido de lo que dice. Si la forma no es adecuada, posiblemente el contenido va a ser algo doloroso y molesto.
Sin duda alguna todo lo que vengo comentando respecto a la comunicación afecta la sexualidad y principalmente afecta la comunicación sexual. Más aún en una sociedad como la nuestra, donde la sexualidad está teñida de vergüenza, tabúes, mitos y prejuicios.
Es importante hablar sobre sexualidad y encontrar el lugar adecuado para hacerlo. Yo vengo insistiendo que la cama no es el espacio propicio para tocar los temas respectivos al sexo. Es mejor buscar otros lugares como la sala, el comedor, o hasta tomándose un café o un fresco fuera de la casa. Esto porque la cama está teñida de la vida sexual de la pareja y puede distorsionar el contenido y la intención de la conversación.
En la cama, los cuerpos, la piel, los sonidos y la palabras comunican por sí solas. Si la relación interpersonal está deteriorada o ni siquiera pueden utilizar el lenguaje oral para conversar adecuadamente, difícilmente la comunicación en la sexualidad se dará como tiene que ser.
Primero debemos estar bien en la relación interpersonal con la pareja, para luego hablar de sexualidad. La pareja debe encontrar continuamente nuevas formas de comunicación y de convivencia para que la relación se sustente en la sensibilidad, en la poesía y en la fantasía.
La sexualidad queda entonces en la relación amorosa, y no solo está supeditada a la necesidad biológica del ser humano.
En ocasiones las dificultades sexuales son consecuencia de la inadecuada comunicación de la pareja. Ante esto, las terapias de pareja pueden ser una alternativa.
Algunos opinan que con el tiempo los problemas se solucionan solos y que no es necesario buscar ayuda profesional; pero esto es solo parte de los tabúes que tenemos que romper en torno a la sexualidad.
Otros buscan ayuda pero a escondidas de su pareja, ya que sienten que si necesitan consejo es porque son malos amantes; afirmación totalmente errónea. No hay porqué avergonzarse por buscar ayuda, si mas bien es una muestra de madurez y de amor a nuestra pareja.
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