Mauricio Astorga
Actor

México D.F. Pues me fui a la peregrinación a la Basílica de la Virgen de Guadalupe. Este viernes, como cada 12 de diciembre, se celebró el aniversario de la aparición de la Patrona de México y América.

Como nosotros los ticos con nuestra “Negrita”, el pueblo mexicano se lanza a las calles en una muestra de fe que emociona hasta al más “quitado”.

Seis millones de personas visitaron en este día a la Virgen, quien se ha convertido en un símbolo de identidad del país más allá de lo religioso. Los mexicanos son más guadalupanos que católicos, como lo reconocen ellos mismos.

En los barrios durante la noche previa se escuchan bombetas –“cuetes”, les llaman ellos–, que anuncian el inicio de la fiesta y “despabilan” a los caminantes.

Ya en la explanada de la Basílica, se pueden ver las más diversas expresiones de fe. Desde los que entran de rodillas o cargando cuadros con la imagen de la Virgen, hasta los indígenas que realizan sus ancestrales danzas para venerarla, en una rica mezcla de rituales precolombinos con catolicismo.

Como no puede faltar un tico en una fiesta, hasta un grupo de compatriotas me encontré con todo y camiseta de la “Sele”.

Cuando el reloj marca las cero horas del día doce, se le cantan “Las Mañanitas”, con todo y mariachi y música de banda, celebrando así el inicio de su día.

Día de fiesta para un pueblo lleno de amor por su “Lupita”.