Carlos Láscarez S.
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Oreamuno, Cartago. - Cegado por los celos, un hombre de apellido Gómez, de 40 años, llegó ayer de manera repentina a su casa y tras una fuerte discusión con su mujer la estranguló y tiró a la cama.
Después y ante la mirada de extrañeza de algunos vecinos que no sospechaban nada, caminó 400 metros hasta un árbol de unos 6 metros, donde decidió colgarse.
Este nuevo caso de femicidio y posterior suicidio, se registró ayer entre las 10 y 10:30 a.m. en Linda Vista de San Pablo de Oreamuno, Cartago, poblado tranquilo y donde sus habitantes se dedican en su mayoría al cultivo de hortalizas.
La víctima fue una mujer apellidada Alvarado, de 35 años, quien se desempeñaba como ama de casa y propietaria del abastecedor Buena Vista.
El asesinato fue descubierto por su vecino Randall Mora Segura, quien dijo que la mujer estaba acostada boca abajo y tenía lesiones en la mano y una costilla. “Creímos que se trataba de un robo, pero luego nos enteramos de que el esposo había llamado a un cuñado para decirle que iba decidido a matar a la esposa”, relató.
Carta firmada para el hijo
Al ingresar a la casa, Mora encontró en una mesa una carta del homicida firmada y dirigida a su hijo de 17 años, donde le explicaba que le dejaba ¢2,5 millones en efectivo en el parqueo que administraba, para cubrir los gastos del sepelio.
Además, le legó la casa y sus otros bienes. Los esposos eran padres de dos menores de 17 y 7 años.
De acuerdo con vecinos, el esposo era celoso, controlador y posesivo. Al parecer le molestaba que su esposa fuera al gimnasio y que asistiera a clases con el fin de sacar el bachillerato. La pareja se casó hace 18 años y eran catalogados por como un matrimonio común con algunos problemas.
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