Edgar CHINCHILLA, corresponsal
Rodolfo MARTIN
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San Carlos, Alajuela. - Una madre nicaragüense que no enviaba a su hijo de ocho años a la escuela por temor a un accidente porque tenía que caminar dos kilómetros por una calle muy transitada y sin aceras, casi se vuelve loca ayer cuando el niño se le soltó de la mano y lo atropelló un auto causándole la muerte minutos después.

El pequeño respondía al nombre de José Gómez Díaz, el mayor de los dos que tuvieron Ramón Antonio y Alicia, oriundos de Nueva Guinea, Nicaragua, con 12 años de residir en el país.

El accidente fue a las 9:10 a.m. 800 metros al sur del puesto policial de Boca de Arenal, en Cutris.

Al menor lo atropelló un Nissan, conducido por un hombre apellidado Marín y de 27 años. Lo acompañaba Luis Enrique Solórzano Monge, cuatro años menor. Ambos, vecinos de Santa Rosa, viajaban a Muelle a comprar unos respuestos para camión.

Doña Alicia agarraba al niño con una mano y con la otra, a su hija Yuri de tres años a quien llevaba al Ebais a una prueba. Ella quiso cruzar la calle pero frenó cuando vio venir un camión. El niño se le soltó, corrió y luego fue embestido por el Nissan. Lo llevaron a la clínica donde fue declarado muerto.