Boston. EEUU/AP. Kevin Garnett y Ray Allen vinieron a Boston para ganar un campeonato. Lo cierto es que nunca lo habrían conseguido si Paul Pierce no hubiese permanecido con el equipo.

Al compás de esas tres luminarias, los Celtics se enfilaron a su 17ma. corona, un récord en la NBA, al vapulear 131-92 a los Lakers de Los Ángeles en el sexto partido de la serie final.

Y ese fue el motivo por el cual Garnett y Allen fueron contratados hace un año. También fue la razón de que Pierce se quedó.

“Lo dijimos desde el primer día, este es el equipo de Paul”, declaró Garnett. “Ray y yo no teníamos problemas con ello”.

Garnett colaboró con 26 puntos y 14 rebotes, mientras que Allen - recién había llegado de un viaje desde la costa oeste - también encestó 26 puntos. Allen, además, coló siete triples, igualando el récord en una serie final.

Fue el primer título para cada uno, y el primero para el equipo más laureado de la liga, desde que el trío conformado por Larry Bird, Kevin McHale y Robert Parish obtuvo el cetro en 1986.

Danny Ainge era el armador de ese equipo y el gerente general del club que el año pasado sólo ganó 24 partidos y perdió 66.

El filósofo en su peor momento

Phil el “Filósofo” Jackson, con los Lakers, buscaba hacer historia y lograr su décimo anillo, pero al final dio su peor imagen como entrenador en unas Finales de la NBA, que disputó gracias a las “genialidades” de Kobe Bryant, quien iba a ser la mayor víctima de la defensa asfixiante que presentaron los Celtics.

Jackson no tuvo respuesta para apoyar a su estrella y más que nunca dentro de la NBA existe el convencimiento que han sido precisamente los grandes jugadores, como fue el caso de Michael Jordan, con los Bulls de Chicago, los que le han ayudado a crearse una imagen de ganador.

“Hay gente que afirma que soy el entrenador con más suerte que jamás haya trabajado en la NBA. Probablemente esté de acuerdo con ello. He estado en los lugares correctos y en el momento adecuado”, admite Jackson cuando habla de su carrera profesional.

Los Lakers hundidos

Luis Blanco. Técnico de Barva

“Lo mal que se vieron los Lakers en la final de NBA se debe a dos razones fundamentales. Primero que el angelino Kobe Bryant no llegó fino a esta serie contra los Celtics y los Lakers dependían de él en gran medida.

Segundo que Boston es más equipo que Los Ángeles y no depende de un solo jugador. En el último partido se confirmó superioridad de los Celtics campeones”.