Róger AMORETTY, corresponsal
Rodolfo MARTIN
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Limón.- Un muchacho que no andaba por el camino correcto se tropezó con los riesgos propios de sus andanzas, y ayer apareció ejecutado de un balazo en la cabeza en un sillón de la sala de una casa en barrio Juan Gobán.
La víctima fue identificada como Jimmy Olivares Walters, nicaragüense de 22 años.
El joven, al parecer, no se percató de la presencia del homicida porque, al momento del hecho, estaba de espaldas.
Esa presunción policial está sustentada, inicialmente, en que Olivares recibió un balazo en la coronilla de la cabeza.
Quien lo mató, se presume, era conocido suyo porque no dejó signos de haber forzado puertas o ventanas.
El hecho ocurrió dentro de una casa donde, presuntamente, el muchacho vendía droga a una colombiana conocida como “Tita”, según medios policiales.
Fuentes cercanas al caso explicaron que se manejan dos versiones sobre el móvil del asesinato: robarle el dinero que había logrado reunir o la droga que mantenía almacenada.
“Una vecina me comentó que el lunes y anoche (antenoche para los lectores) alguien intentó asaltarlo”, narró Cliford Robb Lewis, padre del muchacho.
Él admitió, con profundo dolor, que su hijo andaba en malos pasos, que presuntamente vendía drogas y, por eso, temía que algo malo le pasara.
Guillermo Bermúdez, jefe del OIJ de Limón, confirmó ayer que Olivares había sido detenido, al menos, en tres ocasiones.
La última vez fue hace pocos días, como parte de una investigación por asalto.
En esa oportunidad, se le decomisó un arma.
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