Sexo y Más

El sexo en la tercera edad

Los adultos mayores también tienen gustos y necesidades

En el mundo actual, aunque nos hemos modernizado en muchos aspectos, en algunos temas de sexualidad seguimos estigmatizados. Uno de estos casos es la sexualidad en los adultos mayores.

La sociedad ve a estas personas como seres sin ningún deseo sexual y no como lo que realmente son: personas como cualquiera, con gustos y necesidades.

Aunque el adulto mayor puede sufrir de enfermedades como la diabetes o presión arterial elevada, estos males no deben afectar la vida sexual de la persona y pueden ser controlables. Es más, su condición posiblemente es mejor que la de un adulto más joven, ya que por lo general tienen más conciencia en sus cuidados, se alimentan más sanamente, hacen ejercicio y viven el estrés diario de forma más pausada.

El problema radica en que la sociedad piensa que los adultos mayores son inútiles y consideran que ellos ya no piensan en eso. Pero la realidad es que la sexualidad sigue siendo parte importante de la vida de la persona, aunque ya esté en edad avanzada.

El adulto mayor, entonces, está estigmatizado por la sociedad como un “viejo” que ya vivió y que no tiene derechos de seguir viviendo con una buena calidad de vida.

Existen varios mitos y creencias con relación a la sexualidad del adulto mayor, principalmente en el caso de los varones.

La gente piensa que la vejez en el hombre lleva a la vejez del pene y esto no puede estar más lejano a la realidad. El pene nunca deja de funcionar y va a trabajar por el resto de la vida.

En el caso de las mujeres es un poco distinto. La idea social es que ¿para qué una mujer mayor va a pensar en eso? Si ya todo eso ocurrió y ya todo lo vivió. Esta afirmación es muy injusta y asegurar algo así es una posición totalmente errónea.

Lo que piensa la sociedad respecto a la sexualidad en el adulto mayor es el resultado de prejuicios y falta de conocimiento.

Esta es una época de las que más se puede disfrutar y a continuación presento las razones:

1. Los hijos ya no están en la casa, por lo que existe más libertad y menos distracciones.

2. Ya no existen posibilidades de que se geste un embarazo, lo que permite un disfrute sin preocupaciones.

3. Hay más tiempo y calma para poder acariciarse en plenitud. Además en esta etapa la sexualidad está menos genitalizada y se pone mayor atención en los pequeños detalles.

La ternura es un elemento que aparece de forma natural y sin ningún esfuerzo.

Aunque es posible que existan pequeños obstáculos, como que la mujer mayor presente poca lubricación, con solo recurrir a un gel a base de agua, que venden en cualquier farmacia, el problema estará arreglado.

Cuando una persona ha practicado y vivido su sexualidad plenamente a lo largo de su vida, no querrá renunciar a ella y seguirá incluyéndola en su diario vivir.

El varón en esta etapa, aunque mantendrá todos sus deseos y seguirá teniendo el mismo interés, tendrá que acostumbrarse a que en algunas ocasiones la erección no se da como él quisiera, sobre todo por las noches. Cuando esto sucede la compañera puede colaborar. Pero en estos casos también resulta atractivo esperar por la mañana ya que la erección matutina facilitará la sexualidad. Es cuestión de hacer un cambio de horario.

Por eso, aquellas parejas que han tenido una vida sexual saludable, con sus altos y sus bajos y han conservado el diálogo para comprenderse el uno al otro, pueden seguir aprendiendo sobre su sexualidad, no importa la edad.