Rolando AVILÉS, corresponsal
Rodolfo MARTIN
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Puntarenas.- Un guarda de seguridad, con cuatro meses de estar desempleado, al parecer porque recayó en su adicción a las drogas, murió ayer en la madrugada en la sala de cuidados Intensivos del hospital Monseñor Sanabria, tras ser apuñalado en Barranca, Puntarenas.

La víctima, identificada como Reynier Alberto Acosta Chaves, tenía 26 años, según la Policía.

“Estuvo seis meses alejado de las drogas. Su vida, la de su familia y la nuestra, pasaba con optimismo y felicidad; sin embargo, hace cuatro meses recayó y los problemas regresaron”, expresó ayer Gilbert Chaves, hermanastro de la víctima.

Acosta estaba en la casa de su madre, Gabriela Chaves Anchía, donde anteayer durmió hasta las 2 p.m.

“Él se levantó y se despidió. Unos 15 minutos más tarde, nos llamaron por teléfono para decirnos que lo habían apuñalado”, recordó el hermanastro.

Reynier Alberto Acosta, el segundo de cuatro hermanos, habría sido apuñalado en la arteria femoral por el acompañante de un motociclista.

Lo trasladaron al hospital donde fue operado, pero murió ayer en la madrugada.