Esteban Rojas Sáurez
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La historia es la misma todos los días. Gente leyendo el periódico, cantando, mujeres maquillándose, otros sacan la cabeza por la ventana para gritarle al conductor de adelante, y algunos rezan para no llegar tarde y evitar la regañada del jefe otra vez.
Impotencia y rabia. Eso es lo que miles de ticos sienten a diario por culpa de las interminables presas en nuestras carreteras.
Las personas que viven en Alajuela y trabajan en San José salen de sus casas al menos con hora y media de anticipación si van en carro. Pero si viajan en bus, el tiempo es mayor.
6:56 a.m. del jueves. Comenzamos un recorrido para adentrarnos en la terrible realidad de las presas en nuestras vías, en el parque Juan Santamaría, en Alajuela. Milagrosamente, 6 minutos después llegamos al cruce del aeropuerto.
El tránsito avanza despacio, pero se mueve. Veo el reloj y este va más rápido que la cola. A las 7:34 a.m., apenas nos acercamos al Castella.
Llegamos al cruce del Parque La Sabana casi media hora después. Pero todavía no hemos cruzado el Paseo Colón para llegar al centro de San José, y de ahí a Tibás, trayecto que nos tomó 40 minutos más, o sea, una hora y 16 minutos desde que salimos de Alajuela.
La autopista General Cañas no es la única vía congestionada en el país. En la gran mayoría, el más insignificante choque genera todo un caos.
Colapso
San José y sus principales accesos colapsaron. Con la falta de respuestas concretas del gobierno, a los conductores solo les quedan dos caminos: la paciencia y la planificación.
Es en Heredia, sin embargo, donde se vive una de las situaciones más agobiantes. Germán Marín, director de la Policía de Tránsito, aseguró que sus accesos son de los más taqueados del país.
“El problema es que el parque vehicular es superior a 1.200.000 vehículos y las calles no están diseñadas para tanto vehículo”, explicó.
Viviana Martín, viceministra de Transportes, sostuvo que la planificación vial ha sido la gran ausente, mientras la importación de carros ha sido excesiva.
Puntualizó que se realiza un estudio para saber a dónde se pueden ampliar las vías, y citó mejoras al transporte público y la operación del tren para paliar la congetión en las carreteras. Pero no dio plazos para alcanzarlo.
La pesadilla de ir a San José
Andrea Rojas vive en San Rafael de Heredia y trabaja en Industrias Leonisa, en Barrio Cuba. Tarda una hora y media para llegar al trabajo. “La presa muchas veces inicia en el centro de Heredia, pero el tramo más difícil es entre la empresa Atlas y el puente del Virilla. Solo en este trayecto tardo alrededor de 45 minutos”, contó.
La joven entra a las 7:15 a.m. Debe salir de su casa antes de las 6 a.m.
“Si salgo de San Rafael 5 minutos más tarde, puedo llegar al trabajo hasta 20 minutos después de la hora de entrada. Por las tardes es la misma historia, solo que la circulación de los vehículos es un poco más fluida”.
Recordó que en los últimos dos meses ha sido peor. “Me parece que hay más carros en las calles y los oficiales de tránsito ya no se ubican sobre el puente del Virilla”.
Rojas relató que en una ocasión, debido a un choque múltiple cerca de la Valencia, tardó dos horas y media en llegar a Barrio Cuba.
Los conductores que utilizan esta vía se quejan de que el puente sobre el río Virilla se convierte en un cuello de botella, y ese es el principal problema para llegar a San José. Las autoridades de Tránsito estiman que diariamente, entre La Uruca y la ciudad de Heredia, circulan un promedio 44.000 vehículos.
Ni uno más
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