Juan Diego Villarreal
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Mario Obando, después de 36 años de ser el guardián del Estadio Nacional, no pudo ocultar las lágrimas por la emoción al despedirse del hasta hoy su hogar.
Una abuelita le pidió a un desconocido que le sostuviera a su nieto para tomarle una fotografía para la posteridad, para que aquel pequeño tuviera su recuerdo y así algún decir que estuvo ahí.
Al final del juego UCR - Brujas, con el muro del sector oeste derrumbado en forma simbólica, se vivieron sentimientos encontrados para todos los presentes.
Por un lado de tristeza por dejar atrás un pasado glorioso, ante la felicidad de un futuro que promete ser espectacular con instalaciones muy modernas.
El Estadio Nacional, después de 83 años, cerró ayer sus puertas para siempre con un triunfo de 3-2 del Brujas ante la Universidad y el gane de Nery Brenes en la prueba de los 200 metros planos.
Las fotos en la histórica gramilla no podían faltar, ni aquellos que se llevaron uno de los ladrillos del muro derrumbado por la maquinaria pesada.
Algunos hasta se llevaron en sus manos el zacate de la cancha, mientras que por los altavoces se pedía que por favor no le arrancaran pedazos a la pista de tartán del inmueble, pues ésta sería traslada al Tecnológico en Cartago.
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