Viernes 23 de mayo de 2008, San José, Costa Rica
Ovación | El hotel de los ticos fue un mercado negro
Nuestro amado fútbol

Amado HIDALGO
Periodista

El hotel donde se alojaban los dirigentes ticos en Alemania se transformó en un mercado negro, de los apreciados boletos para el Mundial 2006.

Esto mientras un conocido revendedor local expandía su negocio, más allá de las fronteras, gracias al libre comercio y no terminaba de darle gracias a un señor de Heredia, por las entradas que le vendió a su negocio

Participaron peces gordos y flacos, y no tiene nada que ver el volumen del pez con la lozanía del “Gordo” Paniagua, el internacional comerciante que hizo su agosto en pleno julio, igual que otros revendedores.

Con o sin corbata hubo quienes cobraron hasta cinco veces más el valor de la entrada. Por eso, la pregunta principal en torno a la auditoría hecha a los gastos del Mundial de Fútbol, no ha sido bien planteada.

No se trata de si hay o no comprobantes por la venta de entradas. El asunto vital es que el sobreprecio llenó los bolsillos de unos pocos, incluidos algunos “amantes y sacrificados del fútbol”.

Es el mismo negocio por el que un dirigente africano fue expulsado del Mundial y tiene a Jack Wagner metido en un zapato.

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