Lázaro Malvarez
Periodista

Los seguidores del boxeo sabemos que Óscar de la Hoya nunca escogió el camino fácil durante su carrera, y en su despedida no hará la excepción. Se enfrentará a Floyd Mayweather y Miguel Cotto, dos de los mejores pugilistas del momento.

La revancha con Mayweather ya tiene fecha. Será el 20 de septiembre en Las Vegas, y aparte de querer vengar su derrota del 5 de mayo del 2007, el “chico dorado” buscará, gane o pierda, otra jugosa bolsa, superior a los $30 millones.

De la Hoya no la tiene fácil ante el llamado “niño lindo”, pues la juventud y la velocidad están del lado de Mayweather, mientras que Óscar ha visto pasar, entre distracciones y largos periodos de inactividad, sus mejores años.

Con 39 victorias y 5 reveses, De la Hoya ya comenzó su gira de despedida, con un criticado triunfo ante Steve Forbes, un contrincante que, según dicen, lo buscó por tener un estilo parecido con Mayweather. Pero -honestamente- creo que nada más porque Forbes no le llega ni a los tobillos.

Para atrapar muchos millones, lo que sucede fuera del cuadrilátero, De la Hoya se unió al padre y al tío del malcriado Floyd para el combate del 20 de septiembre.

La idea vende: el joven Mayweather se queda sin familia y sin esquina antes del combate, porque lo “traicionaron” y se pasaron al bando de su rival.

Con familia y sin ella, el Mayweather de hoy es superior a la De la Hoya y al final todos terminarán unidos en un gran abrazo y con los bolsillos llenos de dólares, en otro combate de pocos golpes contundentes y mucha técnica.

Pero con Miguel Cotto el asunto podría ser diferente, pues el boricua ha demostrado que cuando le pegan, responde con más fuerza.