Carmen Arroyo Colón
El Nuevo Día (Puerto Rico) / GDA
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La disciplina que han llamado “Partner Yoga” –movimiento y balance entre dos– nos llega para “calentar” las sensaciones y las emociones entre la pareja.
El yoga es una milenaria disciplina hindú que trabaja con los chacras o puntos de energía en el cuerpo. Dentro de la amplia gama de posibilidades de la disciplina, hay dos que impactan particularmente a la pareja: el Tantra Yoga y el AcroYoga.
Se trata de una forma de “redescubrimiento” mediante movimiento y respiración, “que dista mucho de los ejercicios cotidianos como bailar, caminar y trotar, que son los que usualmente hacemos en pareja”, explican las expertas en esta disciplina Lara Tapia, Lizelle Arzuaga y Laura Velázquez.
El Tantra Yoga (nombre que viene del sánscrito y significa telar o tejido) funciona si el caso es que la pareja necesita autoconocerse, dirigir y compartir la energía sexual. Propone esta fórmula que combina conciencia, energía, sexo, meditación, amor, inteligencia, creatividad, sensualidad y gozo. Contrario a lo que se cree, el Tantra Yoga no es una rutina sexual y el orgasmo no es el fin o el objetivo, según explica.
“Se utiliza para abrir la comunicación en general, los sentimientos afectivos, los conflictos emocionales, para potenciar la comunicación sexual y la flexibilidad si están buscando hijos”, puntualiza la yoga terapista Lizell Arzuaga.
Lo primordial es el contacto visual de la pareja. Durante una sesión básica se produce una estimulación lenta de todo el cuerpo para despertar las sensaciones eróticas. Esto estimula que la energía corra por todo el cuerpo “como un río desbordado”.
De paso se flexibiliza el cuerpo y se potencian relaciones obstruidas en áreas como la pelvis, por ejemplo, por falta de apertura. La flexibilidad se traduciría en la “sensibilidad soñada”.
El yoga es favorable para la columna vertebral, los espasmos, los discos herniados y la escoliosis, porque baja la tensión, aumenta la circulación y brinda tracción a las vértebras minimizando el dolor que provocan estas condiciones. Según las expertas, la ventaja de practicar yoga en pareja se traduce en la optimización de las posturas o posiciones. La pareja aplica más presión a los puntos sensibles y se obtiene mejor rendimiento. “Uno da y el otro recibe”, resume.
De otra parte, si lo que se quiere es afinar la relación como experiencia espiritual, se puede optar por el AcroYoga. Este es una combinación de yoga en pareja, masaje tailandés y acrobacia.
No es un exclusivo para parejas sentimentales, sino para practicar con amigos, hijos y hasta en el ánimo grupal. Es muy usado con niños porque evoca al juego. “De este tipo de práctica se beneficia mutuamente la pareja. La conexión aumenta y las emociones se desatan”, señala Velázquez.
Una de las posturas más retantes para quienes practican este tipo de yoga es el “flying”. En esta postura la persona queda suspendida en el aire, apoyada sólo en los pies de la otra persona. Es ideal para desarrollar confianza.
En la práctica del yoga en pareja las sesiones de movimientos duran de tres a 40 minutos y las meditaciones de diez minutos a una hora, aproximadamente. Esto depende del instructor y el tipo de yoga se que esté practicando. Pero, según las expertas, el efecto de satisfacción y energía corriendo por el cuerpo es el mismo.
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