Franklin Arroyo González
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Imagínese lo que sería tener que pedir permiso para meter el carro a su hogar, que las ventanas de su casa cimbren todo el día o esperarse hasta las 4 p.m. o más, para bañarse.
Súmele inconvenientes como el polvo, calles inundadas cuando llueve y cortes de luz sin previo aviso.
Los habitantes de San Francisco de Dos Ríos están molestos por la situación que viven, desde hace año y dos meses, con los trabajos de ampliación a cuatro carriles de la vía San Francisco-La Colina, que realiza el Consejo Nacional de Vialidad (Conavi) y la instalación de una tubería que lleva a cabo Acueductos y Alcantarillados (AyA).
Olger Aguilar, residente del sitio, dijo que ya no se puede vivir en ese lugar.
“Es una barbaridad, los carros no pueden entrar a sus propiedades, tuve que pedir permiso para entrar a la mía”, expresó.
Ayer, los vecinos estaban muy indignados, pues además del deplorable estado de la calle, que sufre las consecuencias de los arreglos de AyA, les quitaron el agua.
“Aquí se va el agua todos los sábados. Dicen que avisaron, pero yo me di cuenta anoche donde mi abuelita. Por lo general nos quitan el agua los sábados y la luz los domingos”, dijo molesto, Fernando Jiménez.
Otra habitante afectada es Miriam Madrigal, cuya residencia quedó exactamente al frente de donde se realizan los trabajos.
“Tenemos dos carros y no podemos sacarlos. Hay una máquina que hace vibrar las ventanas. Esto es un caos. Cuando llueve, todo esto se inunda. Es el peor lugar para vivir”, afirmó Madrigal.
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