Isaac Lobo
ilobo@aldia.co.cr

Mientras muchos solo sueñan con sentir la adrenalina de un bólido, André Solano, con tan sólo 21 años lo hace mes a mes.

El compite en la Fórmula 2000 en México y acaba de ganar la fecha que se realizó en La Guácima.

Lo acaban de invitar a competir a Italia, a la fórmula 300 que es la antesala de la Fórmula 1.

¿Cómo nació la pasión por los carros?

Empecé con cuadraciclos, luego con el kartismo y competí con mi papá en la copa Yaris. Más bien yo lo metí a él en esto.

¿Vive en México?

No, pero viajo una semana al mes, porque allá es el campeonato. Ahí mantenemos el carro y equipo.

¿Hay que tener plata para ese deporte?

Totalmente, es un deporte de 100 por ciento de dinero, hay que tener muy buenos patrocinios. Por dicha tengo al ICT, a RECOPE y también a Sensormatic, que es la empresa de mi papá.

¿Que pasó con los cuadras?

Los dejé luego de un susto. Tengo 24 puntadas y dos pines en el codo izquierdo. Un día quedé con el 80 por ciento de mi espalda en carne viva y estuve dos semanas en el hospital. Yo quería seguir, pero mi papá me obligó a salir.

¿Es rápido para todo?

¿En que sentido? (risas) Soy muy competitivo, no me gusta ser mediocre y encontré el lugar donde puedo desahogarme.

¿Es rápido para conquistar?

Ojalá, pero ahí cuenta más la labia. Sí tengo novia, pero ella me la puso medio difícil, pero por dicha logramos ganar la misión.

¿Cómo maneja en al calles?

Soy muy prudente, porque la gente no maneja bien. He chocado un par de veces, pero no fue mi culpa.

¿Para ser un buen piloto no hay que tenerle miedo a qué?

A perder. En esto hay que saber que no siempre está en manos de uno, pues el carro a veces falla. Pensar, ser atrevido, hay que estar tranquilo, aprender a conocer el rival, donde es lento y dónde es rápido.

¿Dónde le gustaría competir pronto?

Es un sueño muy difícil pero en la Fórmula 1. Me invitaron a competir en la GP2 (Fórmula 3000) que es el paso a esta.

¿Qué le gusta de México y qué no?

Las micheladas y la comida y no me gusta la pobreza tan grande que hay allá.