Julio Peña, corresponsal GN y Rodolfo Martín
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Nicoya, Guanacaste. - A 16 años de cárcel y al pago de ¢7 millones por concepto de daño moral y material fue sentenciado el expolicía Daniel Jiménez Díaz, luego de que el Tribunal de Juicio del II Circuito lo halló culpable de atentar contra la vida de una mujer de apellido Caravaca.

La ofendida ya había aportado también su cuota de castigo cuando, en medio del incidente, se vio precisada a dispararle un balazo al agresor en un testículo.

Jiménez, con 13 años de ser miembro de la Fuerza Pública, se convirtió en el primer hombre condenado en Nicoya bajo la nueva Ley que penaliza la violencia contra las mujeres.

Los hechos ocurrieron en junio del 2009, en Gamalotal, poblado situado al sur de Nicoya.

Jiménez, incumpliendo las medidas de protección que un tribunal había dictado a favor de la mujer –de no acercársele– llegó ebrio y blandiendo un machete.

El hombre, al parecer, estaba furioso porque Caravaca lo había denunciado.

Con el machete comenzó a destrozar las ventanas mientras que la mujer hecha un puño con sus hijos dentro de la casa, rezaba bajando todos los santos del cielo.

Como Jiménez no se calmaba, la víctima, temiendo por su vida y la de sus hijos, se armó de valor y con un revólver calibre 22, se acercó a una ventana y, al parecer, disparó contra el agresor.

El grito de dolor de Jiménez la alertó de que había acertado el disparo. Al llegar la Policía, lo halló con un balazo en el testículo izquierdo con orificio de ingreso y salida.

Intentó justificarse

Jiménez explicó a los jueces Verónica Elizondo, Rubén Alfaro y Wilson Chon Kan, que él le había enseñado a Caravaca a disparar con revólver y carabina, con tan buena puntería que hasta garrobos acertaba.

Agregó: “es muy fácil venir y hacer drama, hacer leña del árbol caído, de tratar de amedrentar, pero aquí estoy dando la cara”, exclamó el ahora condenado.