Brasilia/EFE.- El niño brasileño de dos años a quien le incrustaron decenas de agujas en el cuerpo, en un supuesto ritual de magia negra, comenzó a alimentarse con normalidad y a respirar sin auxilio de aparatos, informaron ayer los médicos que lo atienden.

“El cuadro es estable, con una leve mejoría”, agregó un boletín difundido por los médicos del hospital Ana Nery, de la ciudad de Salvador, capital del estado de Bahía, donde el pequeño está ingresado desde el pasado miércoles.

El niño fue sometido a una intervención quirúrgica en la que le fueron retiradas cuatro de las decenas de agujas, que estaban alojadas cerca del corazón y de los pulmones.

Los médicos han dicho que durante los próximos días deberán realizar otra operación para extraer más agujas que se encuentran en las proximidades del abdomen, la vejiga y el aparato digestivo.

La policía detuvo como presuntos culpables al padrastro del menor y a dos mujeres.