Alejandro Arley Vargas
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Conseguir el anhelado “apretón de manos” entre Manuel Zelaya, presidente derrocado de Honduras, y Roberto Micheletti, presidente en ejercicio de esa nación, no será una tarea fácil para el mandatario costarricense, Óscar Arias Sánchez.

Ese es el criterio de los analistas políticos consultados por Al Día: Eduardo Ulibarri, Constantino Urcuyo y Rodolfo Cerdas.

Arias será el mediador entre Zelaya y Micheletti en un diálogo que se realizará mañana en San José y buscará una salida pacífica a la crisis hondureña que empezó el domingo 28 de junio con un golpe de Estado.

Según los analistas, el hecho de que los líderes hondureños se sienten a conversar es un gran avance, pero no una garantía de que acabarán los problemas.

“Es una mediación extremadamente difícil y hay posibilidades de que eso fracase”, comentó Ulibarri.

El propio Arias reconoció ayer en su casa que la misión que asumió no es nada sencilla.

“Es cierto que el diálogo produce milagros, pero no de manera inmediata. Hay temas que van a traer mucha controversia y sin duda no va a ser fácil”, afirmó el mandatario.

Arias pedirá que su residencia en Rohrmoser sea la sede de la reunión con el fin de “generar un ambiente de confianza”. Zelaya llegará esta noche al país y Micheletti lo hará mañana.

Podría complicarse

Uno de los principales problemas que enfrenta Arias es que Micheletti y Zelaya expresaron ayer posiciones antagónicas.

El presidente derrocado apunta solo a su regreso a la presidencia, pero el nuevo gobernante no admite esa posibilidad.

Según Ulibarri, el panorama de negociación entre las partes es complejo por el rechazo hacia Zelaya que muestran las principales instituciones hondureñas.

“Estamos ante un golpe de Estado muy ‘sui géneris’ porque no es que se impone un hombre fuerte, sino que el Congreso y la Corte Suprema, vía el Ejército, echan al presidente”, agregó.

Urcuyo afirmó que el conflicto hondureño es “delicado”, por tanto no se deben esperar soluciones inmediatas.

“La decisión de que se reúnan en Costa Rica y en su casa es acertada”, añadió el politólogo.

Rodolfo Cerdas manifestó que la solución podría no salir de la cita con Arias si Micheletti llega “amarrado” desde Honduras con intereses de los militares o de sectores que lo llevaron al poder.

“La pregunta es si Micheletti manda o si es simplemente un testaferro del poder que derrocó con el golpe de Estado a Zelaya”, añadió Cerdas.

El primero en aceptar la mediación de Arias, Premio Nobel de la Paz 1987, fue Micheletti, quien lo llamó en la mañana.

Zelaya hizo lo mismo en la tarde tras una reunión con la estadounidense Hilary Clinton, secretaria de Estado de EE. UU.

Según Arias, Zelaya vendrá a Costa Rica con quien fuera su ministra de Relaciones Exteriores, Patricia Rodas, y el vicepresidente Aristides Mejía.

Ayer se desconocía la delegación de Micheletti.

El canciller, Bruno Stagno, y el ministro de la Presidencia, Rodrigo Arias, estarán por Costa Rica.