Isaac Lobo
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Su trabajo le dejaba un sueldo aceptable, pero siente que ahora le irá mejor. Piensa que ya era hora de que dejaran de lucrar con su talento para así ponerse un negocio propio, por supuesto tiene que ver con la fiesta, la cual lleva consigo desde que tiene memoria.

“Tony” Bertarioni se dio cuenta que no está tan mal el dicho ese que reza que “donde dejas el ombligo ahí regresarás”. El locutor, bonachón y simpático, a quien le faltan colmillos, malicia y soberbia, sabe que no es como algunos en este medio, que tienen un hoyo donde está el corazón.

¿Tenía más que dar?

Sí. Claro, pero me cansé. Siento que ya era hora de que regresara a Puntarenas. No me voy porque me echan, me retiro en un buen momento. Ya son muchos años en San José y quería algo propio.

¿Allá amanece distinto?

Es otra cosa estar frente al mar. En Puntarenas es más barato, es más tranquilo. El ritmo de vida es distinto. Antes tenía que ver donde me compraba comida, allá tengo a mi mamá y mi familia.

¿Qué hará de primero cuando llegue a Puntarenas?

Dormir hasta las 12 m.d. Tengo 20 años de levantarme en las madrugadas para trabajar en la radio. Tenía un ritmo de vida muy acelerado y estresante.

¿Cómo salió lo del bar?

Me di cuenta que el bar lo alquilaban, lo discutí con mi familia y lo tomé. Yo lo que siempre quise fue tener una discoteca, pero vamos poco a poco. Otro proyecto es ponerme uno en Guanacaste.

¿Cómo se llamará?

Tiger’s, ahora se llama El Padrino.

¿Se aburrió de todo?

Ya era hora de pensar en algo para mí, dentro de 12 años ya tendré 50. Estaba cansado, la paga no es tan buena ahora y estaba gastando mis ahorros, además mucha gente quiere lucrar con el talento de uno.

¿Es como empezar de nuevo pero con más edad?

Es una continuación más bien. Ya me hice un nombre, voy a ver como me va.

¿Se sentía raro en un canal para adolescentes?

No, porque uno se contagia de la energía de ellos.

¿Qué sigue ahora, casarse?

No, todavía. No tengo novia, pero evidentemente no quiero quedarme solo.