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El templo católico de Concepción se hizo pequeño ayer para despedir a Yiannina.
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El cura Marco Diego Bonilla reconoció el esfuerzo de la joven y brindó un mensaje de solidaridad a los dolientes.
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La hermana recibió apoyo de amigos. Fotos Rafael Pacheco.
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La víctima. Yiannina Lilliana Vega. Edad: 25 años.
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Yiannina (con gorra blanca) con compañeros de la universidad, el año pasado, durante un paseo a Monteverde, Puntarenas. Reproducciones: Alexander Otárola.
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Pese a que estaba lesionada, Vega (primera a la izq.) solía acompañar con regularidad a sus compañeras del equipo de fútbol 5, donde jugaba como defensa.
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Yiannina (der.) con su hermana Johanna, momentos antes de deslizarse por un canopy. Entre ambas, el vínculo siempre fue muy fuerte, recordó ayer el padre.
Carlos Láscarez S.
clascarez@aldia.co.cr
La Unión - Como una muchachita de hogar, sin novio porque para ella lo más importante era graduarse de contadora pública, recordó ayer Gerardo Vega a su hija Yiannina Lilliana, quien apareció asesinada este jueves en San Vicente de La Unión.
“Es un dolor muy difícil de llevar”, dice el padre que ayer, frente al ataúd, pidió que si alguien observó a los homicidas de su hija mayor que por favor ponga la denuncia.
La joven murió asfixiada. Su cuerpo desnudo, con la blusa arrollada en el pecho –según confirmó una fuente del OIJ– fue hallado junto a una quebrada.
La muchacha estaba muy contenta porque se recuperó de una fractura en una pierna que había sufrido hacía dos años y que la mantuvo hospitalizada cuatro meses. La mejoría le permitiría regresar a practicar fútbol 5, afirmó el papá.
Ella formaba parte del equipo de La Unión, era defensa y usaba la camiseta número 11. “Era fiel seguidora del Saprissa”, recordó ayer su hermana, Johanna.
La familia Vega había dejado la casa en San Vicente de La Unión tras la muerte de la madre, y se fue a vivir a San Francisco, ya que sentían claustrofobia y los recuerdos los embargaban a diario, recordó Vega.
Gracias a su empeño en el estudio, la Universidad de Costa Rica (UCR) le otorgó una beca de alto rendimiento.
Esa casa de estudios superiores ayudó con la compra del féretro que ayer, a las 3 p.m., estaba rodeado de amigos e integrantes de la iglesia Brazos de Amor, que Yiannina frecuentaba.
Jorge Rojas, director del Organismo de Investigación Judicial, afirmó ayer por teléfono que está a la espera del resultado de la autopsia y que el caso avanza bien.
Dolor del alma
Edgar Ramírez.
Edgar Ramírez, Tío.
Era una muchacha cristiana y sin vicios. No vamos a dejar que las autoridades se olviden del caso”.
Gerardo Vega, Papá.
Era muy buena con los números. En el colegio ayudaba a los compañeros que les costaba. Exijo justicia”.
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El templo católico de Concepción se hizo pequeño ayer para despedir a Yiannina.
El cura Marco Diego Bonilla reconoció el esfuerzo de la joven y brindó un mensaje de solidaridad a los dolientes.
La hermana recibió apoyo de amigos. Fotos Rafael Pacheco.
La víctima. Yiannina Lilliana Vega. Edad: 25 años.
Yiannina (con gorra blanca) con compañeros de la universidad, el año pasado, durante un paseo a Monteverde, Puntarenas. Reproducciones: Alexander Otárola.
Pese a que estaba lesionada, Vega (primera a la izq.) solía acompañar con regularidad a sus compañeras del equipo de fútbol 5, donde jugaba como defensa.
Yiannina (der.) con su hermana Johanna, momentos antes de deslizarse por un canopy. Entre ambas, el vínculo siempre fue muy fuerte, recordó ayer el padre.
