Erick Carvajal M.
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Carlitos Páez, uno de los 16 sobrevivientes de la mítica tragedia de los Andes, se nos erige como un modelo de vida ante cualquier adversidad.

Cumplió sus 19 años de edad en aquella nevada cumbre, empapado de nieve, de muerte, de desolación, pero, también ... de vida.

A casi 37 años del drama, se nos muestra incansable en su afán por llenar de optimismo a todo lo que esté a su lado.

El 13 de octubre de 1972 mientras transportaba una delegación de un equipo uruguayo de rubgy hacia Chile, un avión de la Fuerza Aérea de Uruguay se desplomó bajo una feroz tormenta en los Andes, Mendoza, Argentina.

Veintinueve ocupantes murieron y 16, entre ellos Páez, sobrevivieron tras 72 días abandonados a su suerte en aquella nevada cordillera.

Uno de los pasajes más controversiales de su experiencia fue que confesaron haber comido carne humana, practicaron la antropofagia, para sobrevivir.

Páez está en San José y en medio de los tiempos que vivimos nos llena de consejos de vida y muy buenas vibras.

¿Las comodidades del mundo se ven diferentes después de una experiencia así?

Sí. Es darle el verdadero valor a las cosas. El accidente de los Andes es un buen referente cuando nos quejamos porque no tenemos agua o luz, cuando se nos estalla una llanta. Es darse cuenta que, frente a una crisis económica, hay una crisis que es mucho peor: cuando está la vida en juego.

¿Cuándo fue la última vez que fue al sitio del accidente?

Hace cinco años, para un documental de Discovery Channel.

¿Igual de inhóspito y frío?

Fue en marzo, entonces hacía menos frío que en octubre. Regresé un poco más gordo y tranquilo.

¿Un golpe de recuerdos?

No solo en ese lugar se recuerda, sino en todo lado. Se recuerda en cualquier momento y a cada rato. Allí perdí a dos grandes amigos. Eso es algo inolvidable. Ahora mismo, cuando venía para Costa Rica, una persona me reconoció y en la fila de migración se puso a hablar conmigo.

¿Cambia la vida?

Todo cambia en todo momento. Incluso después de esta entrevista. Esta historia no nos pertenece a los sobrevivientes. Es de todo el mundo.

Dios tangible

¿Es el mismo Dios antes y después del accidente?

No. El que enseñan en el colegio es un Dios diferente, el de Los Andes era más tangible y nos dio las herramientas para salir adelante. No resolvía, pero nos enseñaba el camino a seguir. (En el sitio de la tragedia, una placa dice “Más cerca, oh Dios, de ti”).

¿Son reales las crisis?

Creo que las crisis son inventadas, a veces nos queda cómodo hablar de las crisis. Como la persona que pierde en la ruleta o en el casino, tiene que echarle la culpa a algo o alguien. Muchas veces deberíamos preguntarnos cuál es el camino, darnos cuenta que el camino está dentro de uno y no por el lado de afuera.

¿De eso tratan las conferencias que imparte?

Es la historia de los Andes. Y no la adapto para ninguna circunstancia. No doy mensaje. No doy consejo. Eso es patrimonio de la arrogancia.

Entonces, que cada quien tome lo que le sirve.

Que cada cual saque de la mesa servida lo que precisa. Es una historia que puede servir para empresas pero también para la casa.

Accidente

13 de octubre 1972

El vuelo 571 de la Fuerza Aérea Uruguaya, con 40 pasajeros y cinco tripulantes, donde viajaba el equipo de rugby Old Christians, con alumnos del colegio uruguayo Stella Maris, se estrelló en la Cordillera de los Andes en ruta hacia Santiago de Chile. Sobrevivieron 16 personas y murieron 29. Luego de 72 días desaparecidos fueron encontrados.