Franklin Arroyo González
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El 19 de marzo pasado será recordado para siempre por Margarita Abarca, abuelita de Yiannina Vega, asesinada un día antes en San Vicente de San Rafael de La Unión, Cartago.

Ese día, la joven de 25 años fue velada en la casa de su abuelita, justo cuando esta celebraba 72 años de vida. Yiannina fue interceptada cuando iba para la casa de su tío Ezequiel Ramírez, a dejar un libro y a ver el juego Saprissa-Liberia.

“Me celebraron la fiesta el domingo 15 de marzo con la familia, pero fue como la despedida de ella”, recordó doña Margarita, ayer en su hogar en San Francisco de Concepción de La Unión.

“El recuerdo más grande fue el domingo de la fiestita. Se tomó fotos con todo el mundo... sentada en el sillón, dándome queque. Fue la última en irse”, dijo doña Margarita.

Gerardo Vega, hermano menor de Yiannina, fue uno de los últimos miembros de la familia que la vio con vida.

“Le pedí permiso para ir donde un amigo y me dijo que sí, pero la madre de él llegaba como a las 6 de la tarde. Ella aún no sabía si iba a salir. Se cambió de ropa y se fue en bus de seis y media”, dijo.

Los familiares la recuerdan como seria, pero jovial, coqueta, menudita y muy servicial.

Su tío Rafael Ramírez también la recordó porque era “terca” en algunas situaciones. “Se le dijo muchas veces que no anduviera a pie por algunos sitios. Parece que de Tres Ríos se fue caminando para donde su tío Ezequiel”.

Vecina la vio

Camino a donde Ezequiel, minutos antes de las 8 p.m., Yiannina fue observada por una vecina de San Vicente bajando una cuesta, a unos 100 metros de la casa del tío.

Algunas versiones de allegados dan cuenta de que la joven dejaría el libro donde su tío y luego iría a ver el juego donde un amigo en La Pilar, en San Vicente.

Ezequiel cree que ella venía de esa casa.

“Acostumbraba ir allí. Más que todo los fines de semana. Creo que venía de allí”, añadió.

En la casa del amigo, un joven que no se identificó, negó que Yiannina fuera a ese lugar.

Ezequiel dijo que el Organismo de Investigación Judicial (OIJ) cuenta con algunos sospechosos, dos con más probabilidades de ser responsables.

El jefe de la muchacha no dio declaraciones para no entorpecer las investigaciones.

“Solo puedo decir que era una joven modelo”.

Era el sostén

El asesinato acabó con la vida de Yiannina, pero, sin duda, afectará la situación de un hogar muy particular, con la joven como cabeza de familia, su hermana Johanna, como segundo soporte y dos hermanos más, Raquel y Gerardo, estudiantes y sin trabajo.

También vive con ellos una bebé, llamada Sofía, hija de Raquel.

“Era la que mandaba. Ahora Johanna va a tener que tomar la batuta”, dijo Rafael.

Jorge Rojas y Francisco Segura, director y subdirector del OIJ, no pudieron ser localizados pese a nuestras llamadas.